Tomiño, 16-9-2016 Mensaje de nuestros hermanos los Arcturianos
Canalizado por Mª de los ángeles V.P:
Mis queridos soles, a los que amo y protejo. Pero queridos míos, hay tantas complicaciones… tanta necesidad de Amor… tanta necesidad de alumbrar el camino… ¿Cómo no pensáis en vuestros hermanos a los que les cuesta tanto enfrentarse a la realidad? Estáis aquí ahora, no hay diferencia. Todos sois iguales. Todos estáis tratando de recuperaros. Pero sin embargo, sabéis que hay muchos hermanos vuestros adormecidos sin saber qué rumbo tomar; sin saber hacia dónde se dirigen.
Y nosotros, hermanos queridos, estamos aquí, desde nuestras naves acelerando nuestro trabajo, para que la Luz y el Amor lleguen a cuantas más personas que están necesitadas de nuestra asistencia.
Sabéis, que no en vano, tenemos que tratar de que todo fluya. Como bien os digo, son momentos muy delicados. La gravedad está llenando sus arcas de Amor. Se están llenando todos los lugares de Luz y de Amor.
Pero bien os digo: embelesados estáis con cosas sin importancia, mientras otros seres quisieran estar en un nivel mejor y las circunstancias no se lo permiten. Pero todo, todo es previsible.
Pensad en el momento que estáis viviendo, solo en el momento. Vivir este momento en harmonía, en paz, y tratad de ser felices. No existe otro momento más que este. Las obras se hacen realidad cuando se viven las circunstancias.
Hay legiones de ángeles y arcángeles que os están enviando todo lo necesario para que seáis dichosos, para que viváis en paz y en equilibrio. Y hermanos queridos, no tengáis miedo. Todo está preparado, todo. Cada uno recibirá su don. Cada uno recibirá ese proyecto que tiene que realizar.
Y os digo más, hermanos, no confundiros. No existe más que lo que vosotros aquí ahora estáis viendo. Todo es pura fantasía. Nosotros proyectamos esa energía. Enviamos lo que necesitáis, pero tenéis que estar seguros de que la percibís. Percibiréis todo aquello que queráis recibir.
No obstante, hermanos, os digo: -Todo es el ahora. No existe el mañana. Todo, todo, todo es el ahora. No hay un después; y no debéis temer a nada, a nada. Cuanto más os enteréis, más fácil os será enfrentaros a todas las situaciones.
Habéis venido con un Plan Divino y ese Plan debe cumplirse. Pero si por circunstancias no puede ser cumplido, será por vuestra dejadez, vuestros tropiezos o vuestras decisiones.
No pasa nada, no pasa nada. Dios, los Guías, vuestra Madre, vuestro Padre, no se enfadan. Ellos siguen siendo igual que han sido siempre para vosotros. El Amor, la realidad.
Pequeños, sois transmisores. Deberéis llevar con vosotros vuestros actos aquellos lugares del mundo donde no hay conocimiento. Si es preciso hablad nuestra lengua. Tratad de implantar el Amor para que ese Amor germine.
No perdáis el equilibrio. Tratad de amaros y comprenderos, pero también nosotros entendemos que hay mucha diferencia entre la mente de un ser y otro. También entendemos que sois distintos, pero cada cual está razonando ante esa situación, ante su manera de pensar y de actuar.
Las guerras se forman precisamente por no estar de acuerdo, y a veces las endulzan los alborotos. Os pedimos que haya paz y comprensión entre vosotros. Aferraros a esos valores que han sido adquiridos y a esa disciplina que habéis adquirido ya.
Y todos, y todos mis hermanos queridos, tenéis la razón. Cada uno está viendo las cosas desde su prisma, desde su integridad. Pero no es necesario que os enfrentéis, sino más bien, hacer comentarios de valor. En vosotros ya hay mucha disciplina. Os consideramos trabajadores de la Luz y por lo tanto, lleváis la Luz en vuestro ser. Trabajáis y trabajáis y trabajáis, alumbrando muchos lugares.
Hermanos, hermanos queridos. Me reconforta tanto saber que estáis unidos en estos misterios. La Luz que llega a vosotros viene de las alturas, y esta conexión es dada a varios grupos a la vez.
Somos hermanos Arcturianos que venimos a reconfortaros y a daros la paz y el equilibrio que necesitáis. Arcturianos somos de convicción, para que llegue la Luz a este planeta Tierra que tanto lo necesita.
Gracias, gracias hermanos queridos por escuchar y por atender el lenguaje de unos seres que están en un lugar muy lejano para vosotros, y os damos instrucciones para que os améis, para que oréis, para que dediquéis un tiempo hacia este planeta Tierra que tanto os necesita.
Gracias, gracias, gracias hermanos queridos. Gracias por vuestra creencia. Gracias por sintonizar con nosotros.
