Orense, 6-8-2013 Amor y humor del
Padre
Mis
luceritos queridos a los que siento más cerca de Mí en estos momentos. Sois
luceros porque entregáis estas lámparas de amor y con ellas cientos de seres
pueden divisar sus orígenes y estar esperanzados de que podrán sentir el calor
de buena mano que les hará reflexionar y entender que la luz no llega del
infinito, sino más bien, la percibirán dentro de su ser.
Como es
sabido, todo ser al nacer percibe la chispa sagrada donde se esconde el
talismán más valiosísimo entregado por las Fuerzas Divinas para la superación y
crecimiento del ser; estando Dios ahí en su interior y dando testimonio activo
de que no se marchará de ese lugar jamás. Estará protegiendo su lugar y
llenando de dicha a ese espíritu despierto que desea estar en conexión con la
gracia cósmica.
Todo así
tiene un sentido generalizado. Dios habita en el interior de cada ser humano.
No sé por qué os empeñáis en buscarme en otro lugar si siempre estuve en
vuestro pecho, casi en el centro... Para algunos no es creíble, pues se
imaginan a un Dios lejano y muy místico que tiene muchas facetas para acercarse
a sus hijos. ¿Acaso temes a éste Dios que habita en ti? No lo pensaste,
¿verdad? ¿Cómo pude Yo romper un molde tan estricto para hoy estar aquí?
No lo rompí,
solo son conceptos equivocados de que Yo estaba enfadado por todo y con todos,
cuando ni siquiera tú me percibías como a un padre que ama tanto y se interesa
por tú dicha. ¿Pude estar enfadado contigo? ¡Imposible que Yo pudiese hacer tal
cosa! No me conocías. Soy amor y como tal dicha solo amo tus ideas, tus
prontos, tus rabietas, tus cambios de humor, tus ilusiones y desilusiones.
¿Cómo podías suponer que cuando pasabas un mal momento Yo ponía Mí punto
triunfal…?
No, Mi niño,
o niña. No sabes qué situación Yo tenía. Quería animarte pero, tú para
defenderte, decías: -¿Qué Dios es éste que me manda tanto castigo? Yo, sin
embargo, te daba aliento para que superaras el bache y miraras a otro lugar
diferente y no tomaras la derrota como algo personal. Siempre estuve contigo.
Solo te decía: -Acepta la cuestión, es un aprendizaje por el que debes pasar; y
no te demores en cuestionar éste problema. Solo mira hacia adelante y no
juzgues a nadie. Solo tú sabrás más adelante todo y poco a poco va pasando tú
vida en la que estás dándote cuenta de quién eres.
¿Y cómo me
respondes tú? Apenas sabes nada de Mí. Solo ves el mundo, o un poco de él. Pero
si Yo te dijera que el mundo real está dentro de ti, ¿cómo lo entenderías?
Pensarías que estoy un poco tonto, ¿verdad? Pues Yo no sabría mentirte… un poco
sí que soy. Tengo tanto que ver... y sin embargo me quedo aquí, dentro de ti,
para intentar enseñarte a que ames como Yo te amo a ti.
¡Ay hijo-a
mío! Como quisiera que me hablases y me dijeses como estás de castigado por los
trotes de la vida que tú has elegido… ¡Ay Mí pequeño enfermo! que cuando tienes dolor Yo no sé cómo hablarte para que me escuches, y mientras lo hicieses tu dolor se calmaría… ¡Ay hijo Mío! Que cuando la tristeza irrumpe en tu alma Yo quisiera decirte: -¡Pequeño Mío, estoy aquí para desterrar tus penas…!
¿Pero por
qué no os dais cuenta de que estoy en vosotros? Y asombroso es no poder echaros
un cable para vuestra desdicha. Pero no puedo, tengo que respetaros. Tenéis un
libre albedrío y no sería Yo si os dijese lo que debéis de hacer.
¿Tenéis que
sufrir por no pensar en Mí? No, ¡qué va! Solo os dejo para que meditéis y
tengáis un poco de idea de éste ser que vive en vosotros y os ama; y os daría
más si vosotros estuvieseis con el corazón abierto y pensaseis que Yo solo
deseo lo más bello que podáis imaginar para llenar vuestra alma de gloria y que
pudieseis vivir en paz y con esa felicidad que deseo para todos mis hijos.
Mi corazón
rebosa de felicidad y deseo transmitiros eso. Es el mejor ejercicio que un ser
puede sentir: -Saber que está conectado a Mí-; que recibe todo de Mí y nadie lo
ahuyentará, porque estando conmigo será feliz y dichoso. ¿Qué pensaste luego,
que Yo ponía trabas para estar en tu vida? ¡Qué va, qué va! Eso no. Yo solo
quiero la dicha en todos; y mira que sois muchos, muchísimos los hijos que
tengo, pero Mí Amor y gracia son tan grandes como el Universo.
Por eso, Mí
bien querido, quita esa imagen de Dios de tú cabeza porque, Yo Soy un “tunante
divertido”; me gusta la alegría y todas las facetas que te puedas imaginar. Soy
“orquestero” por naturaleza y me gusta la diversión. ¿Cómo podría pretender
llegar a mis hijos adorados si fuera un ser serio o muy rígido? Esto es
imposible teniendo tantos hijos y cada uno en un lugar distinto. Tengo que
entenderlos a todos. Nada de supercherías. Soy uno más entre vosotros y me
adapto a vuestros gustos. Solo os pido Amor para dar a otros que no tienen ni se interesan por él; y ahí entro Yo. Proyecto el que vosotros me pedís y activo todas las alarmas que están conectadas a mis radares, y comienza el espectáculo. Todos los míos, con trompetas y todo lo que haga sonar una buena vibración, se ponen en movimiento y entonces el proceso de evacuación se llevará a cabo segundos más tarde.
Todo es así,
mi amor querido. Te lo explico así de sencillo para que lo comprendáis y no
penséis que Yo soy tan estricto. Soy AMOR para dar, para poseer en todas las
circunstancias y solo quiero saborear vuestra dicha constante.
Los brindis
me encantan. Son testimonio de unión, de fraternización y de amistad. Ahí estoy
Yo como un pesado, pero me encantan estas cosas… Cuando os emocionáis siento satisfacción; comienza a brotar el Amor sincero y siento gozo y os ayudo a que florezca ese bello gesto de simpatía. ¡Ay cuanto trabajo tengo que realizar…! Pero tengo grandes operarios que solo con pensarlo, el pedido está todo realizado.
Hoy tengo
que deciros que las bellas palabras son un avance de progreso, y como ves, aquí
estoy en tu ser dándote cuenta de que no hay que buscarme lejos, pues como
puedes ver estoy en ti y tú me sientes a través de tú corazón, me percibes con
toda suavidad. No dudes nunca, ¡estoy! ¡Claro que estoy en ti! como en todos.
Solo tienen que escuchar el corazón o el alma, para sentirme hablar así de
clarito.
¿Qué te
parece? ¿Soy pesado o no? Tú dices que no lo Soy. ¡Claro, angelito mío! Tú
feliz de estar presumiendo de Mí… ¡Ay!, ¡ay!, que te pillo, ¡Pícara!
¡Risas!!!
Hay que
suerte tengo con estas carcajadas. Esto sí me gusta de ti, pues eres muy seria.
Tan disciplinada que hay que hacer algunos cambios, ¿no te parece, Mí bien
querido?
Pausa, por
unos minutos no recibía nada.
Las pausas
también son importantes. ¿Te das cuenta Mí niña? Para que veas claro donde
estoy. Si Yo no deseo expresarme, tú no tienes argumentación. Ja, ja, ja. Soy
un tonto, pero divertido. Te tomo el pelo, como vosotros soléis decir. Uso
vuestro lenguaje y te agradezco que no te asustes. Soy así. No hay prejuicios
en donde existe el respeto. Yo siento un respeto enorme por vosotros y vuestro
trabajo; y deseo expresar a todos un Amor grande para Mis colaboradores. Estáis
realizando una buena, MUY BUENA LABOR, colaborando con las Fuerzas Divinas y tratando
de salir de éste bache con armonía y diversión, y eso es fantástico. ¡Cómo me gustan las veladas! (eran las dos de la mañana) Estoy presente, no podría ausentarme en estos momentos tan fantásticos de unión con las fuerzas sanadoras. Todo aquí se ve con gloria y todos participan llevando ese mensaje de Amor espiritual, dando la canalización a los seres que os custodian y hacen posible una unión entre fronteras de los seres que se dedican a traer a seres que necesitan ayuda y vosotros se la prestáis. No os importa de donde vengan esos seres: de Rusia u otras partes. Son seres que vienen buscando una mano amiga y vosotros sin saberlo se la estáis dando. A eso Yo le llamo -AMOR DESINTERESADO.
¿Veis como canalizáis Amor? A pesar de no saberlo a ciencia cierta estáis ayudándome a Mí y a otros seres que se dedican a ello por Mí mandato, y eso es muy, pero que muy bello. Sois preciosos, bellos, bellísimos. A pesar de vuestros defectos hacéis lo que podéis por Mí.
Gracias por
ser tan considerados con esos seres que no conocéis, y a pesar de ello le dais
vuestra mano y bendición. Os lo tendré siempre en cuenta. Yo os guardaré. Luz y
Amor siempre.
Las flores
más bellas están aquí, a Mí alrededor, dando bondad, comprensión y servicio a
la Humanidad.
¡Aleluya!, ¡Aleluya!,
¡Aleluya!