SOBRE EL TERREMOTO DE JAPÓN

Orense, 13-3-11 Del Amado Maestro Jesús
Nt: había acabado de ocurrir el gran terremoto que asoló una parte de Japón.
 Mis queridos pequeñuelos, sé que sufrís, como no. Yo sé todo lo que os sucede, pero tenéis que entender que la creación ha sido perfecta y sin embargo, vosotros habéis manipulado todo aquello que Yo quisiera fuese perfecto para todos, pues en la creación existe de todo y sin embargo, muchos seres se mueren debido a su pobreza y no compartís nada.

Yo, mis queridísimos todos, siento una lástima inmensa, pero tengo que dejaros que reparéis el mal hecho. Yo os conozco a todos y veo vuestro rostro apenado por las miserias que ocurren en el mundo occidental. No traspaséis las fronteras y mirad primero lo que se puede hacer. Mandad toda clase de ayuda; y si tú estás bien situado, manda a esos seres el cariño y un poco de comprensión; y pon en orden tu mente para poder ayudar mejor a los seres que sufren.

Mira tus manos y dime, ¿éstas son desprendidas, o se esconden en sus delantales para no tener que alargarlas con esas donaciones? Todo es necesario. Cuando hay alguna crisis mundial, todos estarán implicados en esa conmoción. Si sois personas de bien sufriréis por el dolor ajeno, y tendréis un sentimiento de amor para esos seres que lo pasan mal; pero lo primero que os digo es: -no involucraros en la tristeza y sí en el amor, y dar todo vuestro sentimiento de cariño a esas almas, para ayudarlas a que puedan pasar su transición.

Con el amor ayudáis a que se establezca la armonía y el periodo de calma se acelere. Siempre que la presencia del amor se manifieste en esos lugares, todo puede hacerse en completo orden. Sus participantes trabajan en completa harmonía y se sienten útiles; sin embargo, si vosotros mandáis pesimismo y tristeza, nadie tendrá ganas de limpiar, ordenar, ni cuidar aquello que esté por hacer.
Yo, sin embargo, os aliento a que sigáis mis instrucciones. Sed luchadores y en ésa lucha meted la luz que ella os dará fuerza; y cantad alabanzas al Señor para que Él os proyecte su poder, pues sin Su poder nada sois.

La Luz Divina llega a todo lugar por lejos que os parezca. Para el Padre todo misericordioso no hay nada imposible, confiad en Él. La Ley Divina es justa y nada se sale de su círculo de poder.
Entended que, cuando vosotros obráis mal, Él tiene consideración con vosotros y os da la oportunidad de seguir creciendo y dejar a tras la ignorancia.
Por eso, vosotros estáis seguros de que los seres que se van regresarán con un nuevo concepto a la vida, para mejorar sus virtudes y ayudar a sus semejantes cuando llegue la ocasión; y puedan a su vez, analizar la vida de otra manera más sana y prudente.

Cada vez que un niño nace a la vida, es un ser nuevo que regresa a ésta escuela del aprendizaje y tenéis que ayudarle a que progrese; tanto por dentro, como por fuera. Sus gestos dirán mucho de él, y su amor más. Sonreíd, sonreíd a todo el dolor, a la carencia de lo necesario; todo está dentro en vuestra sabiduría y entendimiento.
Si os esforzáis un poco, solo un poco, veréis como se pone a vuestro servicio Dios. Él es todo amor, y Él manda a sus servidores para que os abran camino en vuestro diario vivir y podáis a la vez, ser útiles a vuestros hermanos, aquellos que más os necesitan.

Servid para que otros os den la paz y os lleven la caridad. Sed leales a vuestra buena fe. No discutáis con aquellos que no agradecen vuestros servicios. Dejadles en su pobreza de espíritu.
Sed fuertes para afrontar la vida en estos momentos de transición. No miréis a los degenerados, no los juzguéis; solo tened piedad de ellos, pues ellos tendrán que dar cuentas “a su propio juez” que será el que los juzgará de sus acciones.

Mientras tanto, dad ánimo a las gentes de mentes abiertas y escuchad a los que están tristes y solos con sus lamentos, porque Dios está también en ellos. Y os digo: -no abatiros por nada. Dios no sufre ni padece, solo contempla Su creación; y Yo os aliento a que sembréis todo lo positivo que podáis transmitir.
Con amor me despido de todos vosotros, porque Sé que sois muchos los que me necesitáis. Os amo de verdad.