SEAMOS AGRADECIDOS CON NUESTRAS CÉLULAS

 Orense, 13-6-2013 Mensaje del Padre

 Recibido por Mª de los ángeles Vázquez Pérez
¡Oh mis luceros, cómo os amo! y más teniendo en cuenta vuestros deseos de crecimiento interior. Lo sé, lo sé. Estáis así conectados en Mí ser y Yo estoy en el vuestro. Cómo os amo a todos… y más sabiendo que no lo tenéis tan fácil como Yo quisiera.
Todo está dormido y sin ganas de despertar. Solo la luz os abre esa mente estrecha y se apodera de la poca visión que hay en las gentes que os tienen dominados ofreciéndoos la grandeza de cosas superfluas que os tiene embobados, y no os dais cuenta que la base principal es vuestra fuerza interna que trata de salir de vosotros y os está pidiendo ayuda. ¿Y cómo se la podéis dar si no escucháis esas voces que gritan y gritan pidiendo su rescate?

Son las voces de vuestras almas que están prisioneras y desean transmitir su amor y su lealtad al Dios que las creó y les dio el poder de dirigirse a Él para amarlo. ¿Y esa alma dónde está escondida, dentro, o fuera de vosotros? Decídmelo cuando os hayáis dado cuenta de que Yo no habito en lugares de longitud extrema, ni estoy a kilómetros, no. Solo os propongo que penséis cómo sería Mí situación si estuviese lejos de vosotros. ¿Cómo podría comunicarme con vosotros?

 Sinceramente, solo Soy vuestro mejor amigo; ese que cuando os equivocáis os da ese toque de atención. También Soy ese que cuando estáis solos o tristes, os hecho una mano al hombro y os digo que ya está bien de pensar solo en vosotros, que hay delitos peores, y os hago reflexionar para que miréis hacia otro lado donde hay más sufrimiento. Soy ese que os cambia la vida cuando estáis enfermos y tenéis paciencia.

Ahí estoy Yo poniendo mi magia para que reflexionéis que es lo que habéis infringido o hecho mal en vuestro cuerpo. Ahí me paro buscando dentro a ver dónde encuentro el desorden de vuestras células que siempre que miro están alborotadas por tanto desorden en las comidas, los pensamientos y el ajetreo que os domina. ¿Y donde se esconde la paciencia y la calma para organizar todas esas células que andan a su libre albedrío? ¡Ay de Mí! Cosa buena que cuando duele el cuerpo me llamas y me pides perdón. ¿Y cómo es eso que no tomas el interés de hablar con ellas y devolverles la generosidad que ellas tenían para contigo?

¡Ay, ay! Cómo te pasaste con ellas. Qué poquito pensaste en ese regalo Divino que mantiene tu cuerpo erguido, y sin embargo no te molestas en pensar en esos pequeños soles que trabajan sin descanso para que tú camines, vivas contento y seas feliz. ¿Alguna vez pensaste en tus células cancerígenas cuando te diagnosticaron un tumor? No, ¿verdad? Pues hoy me atrevo a decirte que hables de tú a tú con ellas, para que sepan que tú las has conocido en tu interior y le estás agradecidísimo por todo el orden que tratan de tener en tu cuerpo; y sé más agradecido para no toparte con más sorpresas. Háblales del amor de Dios que las puso ahí para avisarte de los excesos de comidas, de las rabias acumuladas, de las envidias, de tú ira y de todos tus disgustos que podían ser superados si en vuestra vida hubiese harmonía siempre.

¿Pero cómo es que tan pocas personas saben relajarse para hablarme y estar contentos, y hablar de cosas que no sean solo para pedir, sino dar? Me gustaría que me dijerais alguna vez: -Diosito querido, descansa un poquito porque te necesitamos y deseamos aprender a liberarnos de toda la mezquindad y ser mejores; y esforzarnos un poquito más y tratar de no darte tanto trabajo a ti y a tus ángeles que nos custodian todo el día.
¡Ay! ¿Cuándo será el día que me digáis?: -hoy lo hice solito sin necesidad de llamar a mamá y a Dios. Estoy aprendiendo a ser libre y a no tener ataduras que me esclavicen, a ser el que Dios me hizo para ser feliz y mirar todo con deseo de bien, amando al prójimo como a mí mismo y a tener amor suficiente para dar a todos, pobres y ricos, enfermos y sanos, y sonreír a todos los que vea y me miren, y tratar de que la amistad dure toda una vida en la que pueda refugiarme en algún momento de flaqueza.
Ese sería el ideal del ser humano. No tener vergüenza en desear dar un abrazo a un desconocido y poder sentirlo como algo natural y verdadero. Así quisiera Yo que mis hijitos se diesen la oportunidad de amarse más, y que esa oportunidad tuviese unos grandes deseos de servicio a otros que necesitasen abrazos y torrentes de caricias; de esas que nosotros traemos del cielo y que casi siempre vienen empaquetadas en cajitas doradas para que sean más especiales; y casi nunca se esperan los besos que con tanto amor repartimos para que seáis testigos de que los ángeles os envían todo aquello que Yo les pido que hagan con afecto.

Cuando alguien te da un beso chiquito que no te esperas, ahí está la mano de un amigo invisible que tú desconoces, pero él siente una ternura especial por ti. ¿Será por tus oraciones, o por tu generosa obra que estás llevando a cabo y estas colaborando con algo de tu riqueza interior? Eso a Mí me gusta muchísimo, porque hoy naciste útil para otros y mañana otros lo serán contigo. Ten en cuenta que en la rueda de la vida, unas veces vas arriba y otras abajo, y ahí estás creciendo y dando la mano al que te la pide.
No dejes que la sordera te haga ignorar al que camina cerca y te pide su ayuda. Yo eso lo veo mal. Si sois todos mis hijitos y todos tenéis algo bonito para dar y ampliar la generosa ayuda de la que siempre os hablo, sed generosos con los demás hermanos que caminan por vuestra vida; dadles una sonrisa de ánimo y todo será más llevadero. Eso Yo lo veo como una bendición del cielo.

¡Claro! Siempre os estoy hablando de lo mismo. Como a Mí me va tan bien, por eso quiero que me sigáis y hagáis grandes esfuerzos para conocer a las gentes. No las juzguéis antes de tratarlas pues no está bien. Podría ser perjudicial para ambos, así que, tenéis que premiaros con asombrosos abrazos, y estrechando un corazón puro podréis crecer en el amor; y si no, vosotros podríais sentir un tremendo gustazo de placer al darle a un ignorante un abrazo sin ningún motivo. Eso sería para recordarlo eternamente. Si solo con un saludo podéis hacer grandes cosas, cuanto mejor dando fe de que a Mí me encantan los besos y abrazos. Y como estoy en todos me siento feliz y paso el día en una dicha constante, mirándoos a unos y a otros y haciendo que las personas se sonrían y se vean más contentas y divertidas, esa es Mi tarea.

Cuando más de dos personas hablan en voz baja y de Mí, puede que se emocionen, puesto que Yo también lo hago y siento esa timidez que expreso dándoles amor y más amor. Es lo que sale de Mí siempre que tengo conexión con mis hijitos. Cómo os amo… y sinceramente, no trato de ahogaros en mis círculos. Solo deseo que seáis felices donde queráis y con quien lo deseéis, no me importa. Vuestra amistad es siempre lo mejor, y como deseo prudencia para todos, cada uno llega de un lado distinto y de distinta manera.

Solo deseo teneros a todos con amor y lealtad, para así servir a este planeta y darle algo de lo que tanto carece: -armonía y dicha constante a todos los seres vivos, y también a los que no lo están, (los desencarnados) por estar adormecidos y no saber bien a quien pertenecen. Solo es cuestión de acercamientos y explicaciones. Por eso Yo siempre os presto un diario para que sepáis lo que me agrada; y tengo la gran gentileza de haceros partícipes de estos secretos Míos y deciros mil veces que os amo a todos por un igual.

Yo no sé poner más a unos que a otros, todos sois iguales. Lo que pasa es que aquel que medita mucho me escucha hablarle, otros lo sienten en soledad. Yo tengo muchos accesos para escuchar y estar pendiente de todos vosotros. ¿Verdad que hablo claro y me entendéis bien? A pesar de no verme sentís mis palabras, y todo lo que expreso es para quedarme contigo siempre. Amor pequeña, amor pequeño.
Solo con la satisfacción de estar charlando, me troncho de risa. ¿Cómo quieres que no te quiera si te estoy amando? Te lo digo de verdad. Es asombroso. Cada día que pasa nuestra postura es más real a la hora de entablar un diálogo. ¡Ay Mí pequeña oruga! ¡Mí pequeña flor! ¡Mí mágica niña! sosteniendo el bolígrafo sé que me estas escuchando y deseo hacerlo más vivo. Siente Mí amor y Mí ternura y estaremos eternamente juntos; y más juntos que estaremos en el interior del alma.

Esta vibración es consciente y eterna. Lo digo para que lo sepas, y es para siempre, Mí pequeña flor de loto. Te amo a ti y a todo tu equipo de trabajo. Ahí estaremos todos próximamente amándonos. Hasta Hora que nos abracemos todos.
¡Aleluya, aleluya, siempre! Que la voz del amor se instale en vuestros corazones razonando con vuestro deseo de amor. Luz, amor y caridad para todos. Un sinfín de besos y abrazos para toda la Humanidad. Hasta siempre.

 Yo, el que más os ama y se divierte con todos vosotros dándoos luz, amor y bondad.