Orense, 27- 10-2013 Mensaje del Amado Maestro Jesús
Recibido por Mª de los ángeles Vázquez Pérez:
Hijitos míos, os amo a todos por igual. Hijitos, hijitos míos, os quiero a todos por un igual.
Sois mis luceros a los que bendigo siempre, pero sois todos iguales para Mí. Creyentes, no creyentes, amándoos y no amándoos, todos sois iguales. Os amo, os amo diariamente y deseo que vuestros corazones crezcan porque así respetaréis más a vuestros hermanos.
Cuando vuestro corazón se habrá entenderéis más fácilmente porque os pido respeto. No juzguéis, no juzguéis, no juzguéis. Miraros a vuestro espejo. Tenéis ahí un espejo inmenso, como un océano, miraros en él. Ahí, ahí os reflejaréis con vuestras torpezas pero, Yo os sigo amando porque sois Mis hijos bien amados, y digo: ¡ALELUYA!.
Cuando un hijo despierta en el amor, digo siempre: ¡ALELUYA!, y todos sois luz, no hay nadie que no tenga luz. Todos habéis venido con la luz del progreso a la vida. Sinceramente os digo que me emociona sentiros tan cerca, pero no me olvido de aquel que está allí (un desencarnado que estaba en una esquina) alejado. Ven hijo Mío, ven aquí, ven hijo Mío, ven aquí que Yo abro mis brazos para abrazarte. Si tienes problemas, si sientes tristeza, si tu corazón no responde, Yo estoy aquí para amarte, porque Dios así me lo pide. Dios eres tú, él y Yo; somos todos uno. Yo no te puedo abandonar, no te puedo abandonar hijo mío, porque estás en el reino de los cielos y tú eres uno con el Padre.
Que Dios os bendiga a todos, porque estáis en conexión con la misma fuente de vida, la luz, la luz eterna que habéis conocido desde el mismo instante que abristeis vuestro corazón; y os digo: benditos seáis los que escucháis Mis palabras y las divulgáis. Benditos todos que abrís la puerta de vuestro corazón para que Yo penetre, para que la luz radiante se expanda, se expanda, se expanda, y todos los seres puedan vivir en ella.
No juzguéis hijos Míos, no juzguéis que todos tenéis algo que alegar. Amaros, solamente amaros. ¿Veis? Se han abierto las puertas del reino de Dios, y ahora que sois más conscientes, ahora que lo veis claro, ahora que lo veis claro, Dios está en vosotros, en vosotros mismos. No busquéis a Dios en los lagos, en las montañas, Dios está ahí dentro, y comprended que Dios quiere lo mejor para cada uno de vosotros; sentiros libres, libres de todo sufrimiento humano. Cuando sepáis que Dios está ahí, no tendréis dolor, será solamente Amor lo que sentiréis. La pasión de Dios hecha fuego.
Cuando vuestros oídos escuchan, quiere decir que estáis ya en conexión. Y cuando vuestro corazón recibe, quiere decir que sentís el fuego abrasador de Su Amor. Cuando vuestros ojos ven, cuando veáis la llama, quiere decir que vuestros ojos ya están viendo la visión, la magnífica visión, que ya ven un planeta lleno de amor.
Sinceramente, estáis ya en la conexión con la fuente Divina. Amaros, seres queridos, amaros pequeños hijos, amaros y respetaros, amaros siempre. Dios así me lo pide, y Yo obedezco a Mi Padre. Yo solo soy un instrumento de Él, igual que vosotros, un instrumento puro como tantos seres que hay en la Tierra y han venido para ayudar a que os purifiquéis. Y os digo con genialidad, que todo es perfecto en el Universo, en la Tierra, solo tenéis que verlo perfecto; y no juzguéis a nadie, porque tenéis que pasar miles de pruebas para llegar a donde tenéis que llegar. Recuperar los cinco sentidos que habéis perdido.
Gracias os digo, gracias a todos por tratar de que haya unión, para que haya comprensión, para que haya delicia, para que en este paraíso seáis todos uno, uno, porque no hay nadie más que un ser y todos estáis en Él. Y os digo, soles queridos, respeto hacia toda la Humanidad, respeto. Tenéis a los ángeles que os ayudan, y hoy con todas las puertas abiertas, para que la genialidad entre en todos los hogares.
Soles, soles. Soles que lo sois para Mí, y para todo el planeta Tierra. Me entrego a todos vosotros y habito en vuestros corazones. Hasta siempre.