LA BLANCA PALOMA

 Orense, 9-3-2014 La Blanca Paloma

 Canalizado por Mª de los ángeles Vázquez Pérez:

La Blanca Paloma, la Reina del cielo, os pide consuelo para todos los humanos.
Vuestra mano derecha en el corazón. Escuchad lo que la Madre os dice: -Hijos queridos, amad al prójimo, como a vosotros mismos. Escuchad lo que vuestro corazón os dice.

Todos son mis hijos de Dios. Todos necesitáis Sus cuidados. Todos necesitáis Sus mimos. Todos necesitáis de ÉL. Por eso, como Madre del cielo, os digo: -seguid en armonía, pero continuadamente. Sed felices y pedid por la paz del mundo. Sed dichosos y dad a vuestros hermanos todo aquello que no tienen: -El cariño, la bondad, la armonía, y llevad a sus corazones todo aquello que necesitan. Sed como sus sanadores, sus almas que los orientan.

Vuestros Guías protectores están ahí para ayudaros a consolar al afligido, a darle todo aquello que no tiene. A la hora del llanto, sed sus pañuelos de consuelo. Miradle a los ojos y decidle: Dios está aquí, en vuestro corazón, y os ama, porque Dios solo sabe hacer eso: -dar Amor, dar paz; y traer a los corazones de las familias la armonía necesaria para llenar una casa, un hogar, para que haya paz.

Mis hijos queridos, la Madre del cielo se va, y la Madre del cielo os bendice. Creed algo que no habéis visto. La fe es eso. No me veis, pero estoy aquí. Sentid en vuestro corazón el placer de recibir a la Madre Divina que os ama y os cobija con Su manto de Amor y belleza. Y cuando imploréis, hacedlo con unas palabras simples, a Mí me llegan. Simplemente que lo digáis desde vuestro corazón, a Mí me llega.

Y aquí os queda la Paloma para bendeciros. La Paloma blanca, con su olivo en el pico, para que os traiga la paz.

Y ahora, os pido que oréis por la paz del mundo, un Ave María, dándoos las manos. Y en esa mano llevaréis la energía que habéis generado en esta tarde, y la proyectaréis a este planeta, que en estos momentos también la necesita. Que así sea.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tú vientre, Jesús. Santa María, Madre de Jesús, ruega por nosotros los humanos, ahora y en la hora de nuestra des encarnación. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, Amén.