CUANDO AMEIS BIEN AL CORAZON ESTAREIS UNIFICADOS CON EL UNIVERSO

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Orense, 9-4-2016 Mensaje del Padre Germán

 Canalizado por Mª de los ángeles V.P:
Buenas tardes. ¿Y porque yo? ¿Y porque yo? Sabéis que yo digo las cosas que hay que decir, las verdades, y soy muy leal a la verdad. ¿Para qué queréis saber cosas y adelantaros a los tiempos? Tampoco es así.
 Primero asentaros en lo que sabéis. Asentarlo en vosotros, en vuestra alma. Vuestro conocimiento que esté ahí asentado. No vais a saber más porque escuchéis lo que yo os digo, no. Yo también digo las cosas, las nombro y soy serio, muy serio. Y aquello que no me gusta también lo digo. ¿De qué os vale que yo os diga cosas si luego os olvidáis? ¿De qué os valen tantos mensajes, si en definitiva no los lleváis a la práctica?

 Hay que ser leales a vuestro ser. Está muy bien lo que hacéis, muy bien; y me parece estupendo que os reunáis, que habléis, practiquéis y llaméis a las situaciones por su nombre. Pero os digo que muchas cosas no son como vosotros pensáis. Este ser que estuvo aquí, sí dijo las palabras adecuadas.

  El estudio del alma es el más importante. Superarse y que crezca el espíritu. Esforzaros, esforzaros mucho para ser mejores personas. Y os voy a decir una cosa muy importante: -Ni por mucho hablar de lo que aquí se dice es más importante. No, cada uno lo tiene que asimilarlo dentro de sí, dentro de su alma. El conocimiento hay que llevarlo hacia adentro, no hacia afuera.

  El que quiera tener conocimiento, ya llegará la hora de ese ser y se le abrirán las puertas de par en par para que le entre el conocimiento. Yos digo, hermanos míos, que a veces cuando los seres o hermanos vuestros lo pasan mal, es para un despertar, no tiene otro objetivo más que el crecer.

  Y a vosotros os digo esto: -Tenéis que abrir vuestro corazón para que entre la Luz, y nada más, solo eso. La vida en sí, las vuestras son llevaderas. Vuestras vidas son muy holgadas y llevaderas. Quizá anteriormente tuvisteis que pasar algún percance para estar donde hoy estáis y tener el conocimiento que hoy tenéis.

  Pero de nada vale que queráis aprender hacia afuera. No, no. De nada vale que habléis tanto. Mejor es: -El que tiene que aprender tiene que querer. No hagáis como Cristóbal Colón. Vosotros recoger para vosotros. Cada uno para sí. Ir aprendiendo de vuestros propios errores que es muy importante. Ni los más sabios saben más. A veces el más humilde es el que más rápido prospera. El más humilde...

  La humildad os llevará muy lejos y os abrirá muchas puertas. Digamos que es la puerta principal para entrar en el Reino de Dios. La humildad, porque es la pureza misma. A mí no me digáis que habláis muy bien. Que practicáis la doctrina. Los Evangelios. Que vais a misa. Que rezáis mucho. No, ¿y sois humildes de corazón y franqueza? ¿Dónde está la humildad vuestra? Uy, uy, uy. ¡Uy!

  Por eso os digo: -Trabajad en vosotros, no en el que veis enfrente, o en los seres cuando vais a la iglesia. No le digáis al que está a vuestro lado lo que tiene que hacer. O si vais a una reunión, porque ahora hacéis muchas cosas a la vez, pero interiorizar. El Amor está ahí dentro. No hace falta que lo busquéis fuera, sino, mirar bien dentro, pues el Amor está ahí, está ahí. Todo lo tenéis ahí dentro. Si no necesitáis nada… Dios os hizo completos de todo. Dios os mando a la vida con toda la sabiduría que hay que tener.

 ¿Por qué os empeñáis en leer libros y más libros? Sí, queréis saber cosas, pero preguntaros a vosotros mismos: -¿Dónde está mi sabiduría? En el alma, en el corazón. Ahí está todo.

 Yo, ya tuve más vivencias que aquella, (Libro, El Padre Germán) donde lo pasé tan mal… y a la vez tan bien. Pues vosotros también ya lo pasasteis mal, y ahora reconocible que lo estáis pasando bien, porque ya podéis hablar de estas cosas y tenéis la gran oportunidad de hacerlo libremente. No os van ni a quemar. No os van a desterrar. No os van hacer nada imposible. Vivís en una época de Luz y es muy importante que la aprovechéis; muy importante.

  Ya sabéis, yo poco os tengo que decir. Lo poco que os digo es eso: -Que miréis dentro de vosotros mismos que ahí está todo. Y viajar, viajar interiormente, que podéis hacerlo a través del Amor. A través de ese Amor tan grande que está ahí esperando que le digáis: -Vamos a viajar al reino de Dios. Y tenéis la oportunidad de hacerlo; y como no, aprovechadlo.

 Ay hermanos queridos… Como se pierde el tiempo, como se pierde el tiempo. Y que bueno es Dios, qué bueno es Dios. Si os dierais cuenta, todo el día tendríais que estar dando las gracias y agradeciendo todo el Amor que puso en la vida; y lo afortunados que sois por vivir en ella aún con tropiezos, hermanos queridos. Unos más grandes y otros más pequeños.

  Y os digo una cosa: -El dinero no tiene valor alguno porque pasa de mano en mano, y solo tiene el valor momentáneo para comprar lo que necesitáis, pero solo eso. Es una energía más de la vida. Utilizadla para lo más importante, pero no guardarlo, no guardarlo. Porque cuando lo guardáis luego venís del otro lado y no os queréis marcharos, porque queréis saber dónde está y eso no es bueno, porque os retiene.

  Y os voy a decir una cosa en confesión: -Hoy los sacerdotes son mejores que antaño. Son mejores, más leales. Me escucháis bien. Puede haber alguno que otro… Pero hoy ninguno piensa en quemaros, ni en llevaros a la santa inquisición, ninguno. Pero también ellos van evolucionando. Ellos, como seres que son, también van evolucionando.

  ¿Qué es la Santa Misa? Un ritual. La Santa Misa es cuando trabajáis en vosotros, que os ponéis en un rincón y habláis con Dios sin que os oiga nadie, sin que escuche nadie, para ser más exactos. Eso es la Santa Misa; y oráis hacia Dios y le contáis vuestras historias. Los sacrificios que consideráis que hacéis. O vuestra voluntad que está mermando. O las mentiras que hay que sanear. Pero tenéis que ser más alegres, más, más alegres. Porque hoy podéis comer y estáis contentos. Tenéis un estómago lleno de alimentos, y los que no tienen tan contentos. Se ríen porque no tienen dinero que guardar y eso es una preocupación más.

 Yo, queridos hermanos, os digo que pongáis una vela para iluminar el planeta. Es algo simbólico y le añadís una intención. Decir: -es para que mi planeta se llene de Luz y para que todos sus habitantes estén en paz. Para que todos mis hermanos vivan y rían y sean felices. Y eso, también es la Santa Misa. Y dar de comer a un hermano cuando tiene hambre. Darle una moneda cuando tiene necesidad de comprar un par de zapatos.

  Esa es la Santa Misa. El ayudar a un hermano que está necesitado y falto de confianza en sí mismo. Darle un abrazo y decirle: -Tú eres valiente, igual que yo, hermano querido. Tú eres muy valiente, quizás más que yo. Siempre afrontando la verdad y llevando de la mano a un niño. Enseñándole el precepto. Enseñándole el buen camino y diciéndole que hay que ayudar, que no pueden ser egoístas. Hay que enseñarles a compartir, a repartir. Pero sois unos privilegiados porque estáis viviendo en un lugar lleno de todo.

 Y tú, que tenías tantas ganas de hablar conmigo. Esto que te digo también te lo hubiera dicho y te lo diré. Cuando quieras comentarme algo, yo estoy a tu servicio. Al de todos los seres. Porque no me privo en hacer amigos. Quiero ayudar y estoy aquí para deciros que tenéis mucha Luz y sois muy afortunados de que los Guías, Ángeles y Arcángeles os visiten y están acariciándoos.

 Tenéis que trabajar un poquito más para sentir sus caricias, porque si estáis más en recogimiento y relajados sentiréis las caricias y el Amor que ellos os profesan. Pero, tenéis tanta prisa… ¿Por qué tenéis prisa por todo si total no os vais a morir? No sé porque tenéis tanta prisa. Solo queréis correr, correr, correr. No, id despacio.

 Mis hermanos queridos, os bendigo en nombre de Dios todo poderoso y os amo de todo corazón. Deseo para vosotros lo mejor, pero os sigo diciendo: -Tranquilidad. Estad en paz y ayudad, ayudad a los seres que se acerquen. Y cuando tienen prisa decidles: -Calma, calma que os llega el tiempo. Os llega el tiempo. ¿Para qué vais a correr si total no vais a llegar antes?

  Los seres se acercan a vosotros y vosotros tenéis que darles las pautas que necesitan. Abrazadlos, dadles Amor y ellos se irán para donde tengan que irse. No escapéis de ellos ni los maldigáis; al contrario, dadles mucho, mucho cariño, para que ellos encuentren la senda. Para que se vallan.

 En vosotros está el mejorar o no. Eso está en vosotros. Buenos pensamientos. Buenos sentimientos hacia uno mismo, no hacia mí, hacia vosotros mismos. Amaros. Respetaros. Amaros, porque es muy importante amaros a vosotros mismos. Me duele un brazo: ama tu brazo. Me duele un pie: ama a tú pie. Si no lo amas él se queja.

 Pr: Qué puedes decirnos sobre el masaje metamórfico, (masaje del pie)

 ¡Ay!, ¡Muy bonito, muy bonito! Sí señor. Ahí se pone todo, todo el Amor. Pero una cosa sí hay que decir: -El que se presta a darlo muy bien, pero el que lo recibe tiene que ser muy agradecido y estar dispuesto a recibir las manos de Jesús y de los ángeles, porque ahí trabajan muchas, muchas entidades del bien. Ahí no solo son las manos del que lo da, sino el que lo recibe tiene que poner todo su interés. Y me parece fantástico.

  Yo tuve una gran idea… risas. El mérito es mío, porque si tenéis unas herramientas y no las utilizáis… Me da mucha pena. Por eso yo insistí en que había que hacerlo; y más en este momento que es tan necesario liberarnos del pasado. ¡Claro, claro!

 Bueno, y aquí, a nuestra querida hermana que está poniendo su energía para que yo tenga un espacio, que Dios la bendiga y yo también la bendigo. Y con todo mi Amor y afecto, a todos os amo hermanos, de verdad.

 Hermanos queridos, os doy a todos un abrazo y deseo lo mejor para todos. Y, comprensión. Lealtad. Mucha unión y mucha disciplina; y lo que ocurre aquí no tiene por qué llegar ahí a la calle. Lo que ocurre aquí es de aquí y no lo tiene que saber nadie más que los presentes, no lo ausentes. El que quiera recibir algo, que venga aquí a recibirlo, de las manos de los que están aquí; no de los que están allá. ¿Me entendéis?

 Los secretos del alma están muy bien guardados aquí dentro. El que quiera recibir algo que venga aquí, que yo le daré. No iré a buscarlo a su casa o a buscarlo a su taller de trabajo. Sí, hay gente que está trabajando y está conectado con su ser. Pero el que no lo está lo tenemos que dejarlo que crezca que poquito a poco se irá acercando a su Madre y a su Padre. A su Padre Dios, y a su Madre María; o a quien sea, porque hay muchos seres, muchos seres que hacen el bien. Y no tenemos por qué tener ni religiones ni nada. Simplemente amar.

  Y a mí me compensa mucho deciros que os améis vosotros. Primeramente vosotros aprender a amaros que no sabéis. Cuando os améis vosotros mismos podréis amar a vuestros semejantes. Mientras no. Primero ámate tú hermano querido. Primero ámate tú. Respétate a ti mismo, y cuando aprendas a amarte y a respetarte podrás decirle a alguien que sí lo amas, que será verdad. Pero mientras, no, porque aún no conocéis el Amor de verdad. El Amor de verdad aún no lo conocéis. Eso es un sentimiento que está ahí dentro muy profundo.

 Cuando trabajéis de verdad, y no es broma lo que os digo; no es broma y sí es broma. Cuando os conozcáis podéis reíros de vuestras propias bromas. Podréis alegraros de haber conocido a seres especiales. Como yo, por ejemplo, humilde de mí. Pero, soy un ser especial que vine aquí a hablaros y a daros pautas de un trabajo que tenéis que realizar. Primeramente en el corazón. Trabajad vuestro corazón que es el arma más poderosa que tenéis, y es la que os sana todo el cuerpo. Y es la que os bendice cada paso que dais. Cuando améis bien a vuestro corazón, estaréis unificados con el Universo. ¿Lo entendéis?

  Bueno, pues os digo que cada uno a sus labores, y que esas labores sean bendecidas por vosotros mismos. Alabado sea Dios y todos vosotros. Hasta el próximo día, porque aquí acudiré cuando me llaméis.

 Pd: Aquí estuvo dándoos mucha energía el Amado San Germain. Gracias a todos los seres que se reúnen para bendeciros, y para daros mucha Luz.

  Luz, Amor y Progreso para todos.