Orense, 13-7-2012 Mensaje del Amado Maestro Jesús


 ¡Oh mis niñitos queridos, cómo os amo...! Mis tiernas, mis tiernas criaturas en las que deposité mi afecto, toda mi ilusión, comprensión, bondad, equilibrio, fortaleza. Para que viváis en esa onda magnética, en esa onda vibracional. Para que podáis estar contentos y alegres. Para que sintáis aquello que yo siento. Aquello que os regalo con toda la diversidad y todos los objetivos que pueda haber.

 Mis luceritos, luceritos amados. Cómo os abrazo... Dejaros. Aflojad vuestra mente y corazón, que fluya la energía en vuestro corazón. Dejaros abrazar. Dejaros amar. Dejaros querer.

Qué misión tan bonita, la vuestra. Con estos ejercicios que hacéis. (Meditación, trabajo con los desencarnados y visualizando y pidiendo por la paz y las necesidades del planeta) Primeramente hacia los seres necesitados, y a continuación hacia todos los seres de éste planeta. En verdad os digo, criaturas mías, que eso es lo que tanto necesita la Humanidad.

 No preocuparos, no sentiros culpables porque no lo sois. Simplemente observad pacíficamente lo que tenga que llegar. Enviad luz, comprensión, a todos aquellos seres que luchan por algo. Dejaros ir, como un barco a la deriva, porque allí están las energías. Esas que os transportarán al centro del océano. Ahí, es donde aprenderéis, donde comprenderéis que ahí está el todo, el todo sí, el todo.

Si amáis y respetáis, estáis ya en el todo. Si amáis y queréis, si proyectáis amor, si proyectáis bondad, comprensión, ahí estáis dando, dando todo vuestro amor a todos vuestros hermanos. Estáis ayudando a que la obra de la vida sea mejor para todos. Les estáis ayudando a los que no tienen conocimiento, a los que no tienen calma y se desesperan. Les estáis entregando la paz, la bondad, la misericordia de Dios, porque Dios es muy justo, muy justo, muy justo.

 ¡Ay luceros, luceros míos! Como os amo... Como quiero que sintáis mi afecto, mi cariño, mi dulzura, mi equilibrio, mi paz, mi bondad. Sois como palomas mensajeras a las que yo ordeno y mando que viajen, llevando los mensajes a todos los rincones donde hay necesidad y falta de amor, y ellas cumplen su cometido al instante.

Que la luz y el amor se extiendan por todo éste planeta, para que se purifique, para que haya entendimiento entre todos los seres; y que del Cosmos llegue esa irradiación de luz, de calor, inmensa, purificadora; y que traspase a todos los corazones y llegue a la unidad, para que todos os deis la mano con el afecto de vuestro Padre Creador, la bondad misma. La bondad misma de Dios.

Hasta hora mismo pequeños. Os amo. Hasta hora mismo que os tengo aquí en mi corazón. Hasta hora mismo que me derrito en el amor.

 Siempre, siempre conmigo. Siempre, siempre a mi lado. Siempre, siempre, al servicio de la Humanidad. Os quiero. Amor para todos. Amor, amor, amor.