ENSEÑANZAS DEL AMADO MAESTRO JESÚS

Orense, 22-6-02 6h de la mañana
¡Oh mis hijitos! ¿Como estáis? Yo bien. Os necesito tranquilos y sosegados.
Hijos míos, qué bien me siento con vosotros. Sois mis luceros. Os amo. Estando tranquilos todo es más fácil para mí. Puedo conectar más fácilmente con vosotros, y os puedo hacer partícipes de mis pensamientos. Cariño mío, es muy tarde. Poco puedo decirte. Os amo, os amo. Sois ligeros como palomas en mi mensaje. Sois portadores de mis alegrías. Os amo, os amo, os amo.

Tened fe en mí y en todo lo que os digo, y todo será más claro para vosotros. Seréis ligeros en el amor, en la comprensión y en la tolerancia. Digo ligeros, porque así lo comprenderéis todo más rápidamente. Seréis ligeros en llevar mis noticias. Ésas noticias tan importantes como son, las noticias que son portadoras de buen sentimiento a todos los hogares; esos hogares que necesitan de mí, que necesitan oración, que necesitan de vosotros que sois portadores de mi mensaje.
Yo os necesito calmos en vuestra tarea tan comprensiva y tan eficaz para mis hijos. Quiero lo mejor para ellos. Emprended una nueva lucha con mi ayuda. La batalla está garantizada. Os amo, os amo, os amo. Hijitos míos, quiero lo mejor para todos vosotros. Eso que me pedís lo obtendréis. Será muy necesario para vuestro trabajo. Sé que yo estaré en ése lugar con todos vosotros y será por una buena causa.
Estaremos en contacto directo, no os preocupéis. Yo no fallo a mis hijos tan nobles. Estáis en mí como yo en vosotros. Por eso conectamos tan fácilmente.
Hijitos. Sabréis más a menudo lo que Yo necesito; o mejor dicho, lo que Yo quiero de vosotros: ternura, frescura, amor y tolerancia.
Sed transparentes como Yo. Porque nada ni nadie enturbiará mis acciones. Quiero transparencia. Sed tangibles en éste proceso de reconquista. Amad al débil, al que no me quiere; y al que obstruye en éste trabajo, también hay que amarle. Él está en su evolución y no podemos negarle éste amor desinteresado. Fortalecedlo con mucho amor y veréis qué fácilmente se convertirá en un cordero sumiso.
Veréis que tengo razón y, doblará su cabeza ante ésta situación. ¡Qué os digo, hijos míos! se doblará como un árbol tierno. Por eso os digo: ¡amadlo! ¿Me entendéis, verdad? No juzguéis a la ligera. Con todos los actos reflexionaréis y tendréis trabajo para algún tiempo. No juzgar os digo. No juzgar. Os quiero limpios y transparentes, pero si juzgáis ya no lo sois.

Hijitos míos. Ayudad al débil. Ése necesita de Mí. Envolvedlo en luz de progreso y, Yo estaré muy contento y escucharé todas vuestras peticiones. Os seré fiel a vosotros y seréis dichosos con ésta obra de progreso que os traerá la dicha y la alegría de seguirme en ésta misión tan importante como es: el seguir mis pasos para toda la Humanidad.
Seré dichoso. Muy dichoso con vuestra transparencia y alcanzaréis los límites más deseados por mí. Seréis mis portadores de la alegría que encierra mi corazón; ésa alegría inmensa que quiero para vosotros y todos los sufrientes de ésta Humanidad.

Hijos míos. Yo no quiero sufrimientos. Solamente quiero alegría, dicha, felicidad, amor y paz; pero hay tristeza, desarmonía, catástrofes y mucha maldad. Por eso os pido vuestra colaboración, para poder transmutar el mal entre todos con ésta energía-amor, y poder cambiar el sistema. Yo sé que me ayudaréis en ésta labor de ayuda al planeta. Todo está preparado y sé que me ayudaréis. Amor y más amor para todos mis hijos que son hijos del alma y los estrechos a todos entre mis brazos. Hasta pronto.
NT: esperamos un tiempo y continuó el mensaje.      

Orad. Orad hijos míos. Estoy en vuestras oraciones hacia el Padre. Él está en todas vuestras peticiones. Él escucha vuestros ruegos. Según pidáis el Padre os atenderá. Él es grandioso y está por encima de todo principio de haber. Por eso os pido que roguéis al Padre, como yo rogué en momentos críticos de mi vida. Yo soy dulzura, pero pido al Padre más dulzura y el Padre no me niega nada. Como a vosotros no os niega el perdón que yo le pido por vosotros.
Sed sumisos en el trabajo de recopilación con todas mis almas perdidas. Yo estaré ayudándoos a reconquistarlas una a una y grupo a grupo. No me fallaréis en ésta batalla que tengo que saldar con la Humanidad. Queridos pequeños, esta es la misión ¿la aceptareis? Ayudadme. Será dura la batalla, pero bien emprendida la ganaremos.

Pequeños míos, no os desaniméis. Si en algún momento lo hacéis yo os comprenderé porque sois mis hijos. Tampoco sois tan fuertes y habrá momentos de debilidad. Os quiero, os quiero, os quiero.
¡Cuánta ternura siento en vuestros corazones! por eso os preparo para éste trabajo de ayuda hacia la Humanidad. Pedidme, pedidme. Yo os escucho y estoy en vosotros con respeto y adoración. Os amo, os amo.
Hasta pronto pequeñines. A dios porque ya me pertenecéis. Porque ya estáis en mi gran saco de amor y saldréis corriendo a predicar Mí doctrina. Amor y más amor es lo que yo siento. Hasta pronto mis queridos hijitos. Id a descansar y seréis velados y protegidos en vuestro descanso. Yo, el que os ama tanto.