LA SOBERBIA

Vigo, 4-7-02 Pautas del Amado Maestro Jesús

Pequeñines, pequeñines míos. En ésta madrugada os hablaré de la soberbia:

La soberbia es algo ilógico. No se puede competir con un ser que sufra de éste mal. Siempre se siente poseedor de la razón y siempre necesita ser más que los demás. El soberbio no acepta ningún reproche; o más bien, no necesita que nadie gaste ni un mínimo de energía en corregirlo. Solo él se ve suficiente, porque en todo momento tiene la clave de todo y no se deja aconsejar por los demás. Aquellos más humildes que él. Él es el más intelectual, el más inteligente y el máximo poseedor de todo; y hay que pedir ayuda para él, para que los seres que lo acompañan que son soberbios se vayan de su lado para siempre, y pueda emprender un nuevo camino hacia la luz. Ése ser quedará liberado de todo mal y él mismo se dará cuenta del mal que padecía.

No sé si os daréis cuenta que cuando una persona padece ése trastorno, hace sufrir a los demás. Solo ve situaciones malas y quiere todo o desea ser más que los otros. Por eso deseo de todo corazón que mis hijos no padezcan éste mal, porque son parte de mí y los necesito sinceros, amistosos y deseosos de aprender; y no les importará que los enseñen aquellos más humildes o más inteligentes.
Los orgullosos no se dejan orientar por la persona que quiere ayudarlos en los momentos críticos. Siempre saben más que el que los quiere ayudar. Pequeñines míos. Quiero que sepáis que la persona que padece envidia no vive y es corroído por ése mal.
Os amo queridos míos. Ésta tarde estuve con vosotros en vuestra meditación y me siento estupendamente. Soy muy feliz viendo mi grupo de acción. ¡Sois magníficos! El trabajo está ahí, en los círculos que proyectáis hacia el planeta. Sois magníficos digo; porque estáis muy unidos y me siento en sintonía con todos vosotros; porque estáis emitiendo una vibración de amor hacia aquello que está bastante mal.
La vibración a veces es pésima. Por eso os animo a que os juntéis. Siempre que podáis, haced oración. Aclara todo el ambiente. ¿Os gustó mi manifestación? Mis guías me ayudan en ésas cosas. Solamente tenéis que observar y veréis más cosas que os llamarán la atención, pero, ¿verdad que son hermosas donde están las nubes?

NT: el día anterior habíamos hecho una meditación en el campo, y nos llamó la atención que la única y pequeña nube que había se trasformaba cambiando de forma como si tuviera vida propia. Llegó a deshacerse en siete pequeñas nubecitas, (que era el número exacto de personas que estábamos allí); para a continuación volverse a agrupar y seguir jugando. Hasta que comprendimos, todos los allí presentes, que era una demostración hacia nosotros. Sin lugar a dudas. Os quiero tesoros míos, sonriendo alegres para mí. Yo disfruto de vuestra alegría y además, generáis una vibración adecuada para todo el que se acerca a vosotros. Ellos también serán felices con vuestra alegría.
Sonreíd queridos míos. Yo soy feliz y os transmito fortaleza para los momentos difíciles que se avecinan. Todos unidos podréis salvar todo obstáculo; y además, ayudareis al necesitado, porque entre todos haréis más fuerza.
Visualizad su cara dentro del círculo donde estéis los siete y ésa persona ó personas, mejorarán de verdad con vuestra ayuda, recibiendo los fluidos necesarios para reponerse. Será feliz. Vivirá dichosa y no lo intentará nunca más. ¿Sabéis ya a que me refiero, verdad? (el suicidio). Pues como ella, vendrán otros con problemas semejantes, o muy parecidos; pero con la fuerza del amor se solucionará el problema.
¡Oh niños! ¡Qué bien me siento con el trabajo actual vuestro! Sois mensajeros en un destino rápido para colaborar conmigo. Entráis rápidamente en acción; por eso os abrazo y quiero que sintáis todos juntos mi fuerza protectora. Os amo, os amo incondicionalmente. Entre todos recuperaremos el rebaño perdido, o dispersado. Recuperaremos uno a uno con amor; y aquellos que sean más difíciles le pediremos al Padre que nos ayude a recuperarlos. Sabéis que a toda almita perdida hay que visualizarla con luz para que sepa volver a su hogar o morada donde residía.
¡Oh niños míos! Cuanta bondad sentís por los débiles. Me gusta estar presidiendo con vosotros la tertulia, la merienda, la alegría; el sabor de la fraternidad de estar todos juntos en armonía. El círculo es fantástico.
Bueno, cariños míos. Leed los comunicados antes de empezar las reuniones. A parte de conectar conmigo, todo se ilumina y ayudareis más a los seres que se acercan para estar con vosotros.
Pedid ayuda siempre al guía. Él siempre iluminará vuestras mentes. Con su buen hacer os explicará las pautas a seguir. No temáis. Todo está bien organizado y seréis muy dichosos en éste caminar en grupo haciendo el bien hacia la Humanidad.
Yo os necesito limpitos. Por eso os pido que moderéis vuestras acciones en la crítica. También os pido que seáis suaves. A la hora de comunicaros bajad la voz y sed sumisos. Llenareis todo antes de vibración armoniosa y mucho más cálida; si no, seréis como torbellinos. Suavidad y deleite, eso es de lo que se trata.
Sed cálidos para poder enviar mensajes limpios y transparentes. Mirad que os digo: -no juzgad-, por si acaso alguien lo hiciera con vosotros. Quiero que os compenetréis y, nada de disgustos innecesarios. Justificad siempre al que lo hace mal. Envolvedlo en luz y se recuperará del fallo que haya tenido. ¿Entendéis bien mi mensaje? Creo que es transparente, claro y sencillo. Escuchad, escuchad a los ángeles. No hace falta que creéis una atmósfera como si fueseis adictos, (no quiero fanatismos) os quiero muy libres.
Bueno. Hijitos míos. Creo que entendisteis la lección. Ayudad a todo el mundo sin pedir explicaciones. Esos serán mis hijos y mis fieles colaboradores. Quiero que seáis también muy ordenados, y os pido mucha prudencia. No precipitaros con los textos.
De momento son para el grupo y son pautas a seguir. Leedlos a menudo para reforzaros, y os ayudarán en momentos bajos. Con ellos subiréis el auto estima; pues a veces necesitáis calor Mío y de mi Padre. Con ello os fortaleceréis y seguiréis en la lucha cotidiana.
¡Por favor! Os quiero humildes y sencillos de corazón; y que vuestras miradas brillen de amor. Miraros a los ojos y veréis cuantos destellos tienen. Amaros queridos niños. Amaros cada día más para que no se rompa ése cordón de amor que tenéis alrededor.
Os quiero limpitos de pensamiento. Solamente admito muchísima alegría y gozo. Hasta siempre, queridos míos. Os amo.
Vuestro Amado y siempre Servidor, Amado Jesús.