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Orense, 12-12-2012 Mensaje de un ser de luz

Mis luceritos queridos, tengo a bien expresar mi canción armónica para deciros que habéis estado geniales en esta puesta en escena hacia la Madre Tierra. Su semblante está embellecido por todo el cariño que le habéis expresado al llenar de amor y de ilusión todos los rincones más apartados de éste bello planeta. Siento en mi corazón la proyección rítmica de una canción bella y llena de ternura que le habéis ofrecido con ese gesto de amor y de ilusión. Tiembla de emoción al sentirse tan querida y deseada por los unos y los otros. ¡¡Esto es bello!!!! -dice ella- que no está acostumbrada a tanta bondad de sus hijos, y asume el imperialismo que hay detrás de ciertas maneras de proceder de sus hijos queridos. Siente lastima de ellos y está segura que pronto, muy pronto, dejarán a tras sus otras historias para entregarse de lleno a la bondad más absoluta y generosa que pueda desear madre alguna.

Ella sabe que mañana estará la fuerza y el poder que traspasará la rejilla en ésta última oportunidad que dispone la Tierra, tratando de dar una excelsa oportunidad para reforzar los sentimientos de muchas maneras. Tenéis que tratar de ser positivos y trasmitir toda la bondad que hay acumulada en ese ser íntimo y adormecido que necesita despertar. Ésta está siendo tu oportunidad para hacer todo aquello que antes no podías expresar en tu conciencia, y hoy que estás libre del pesar, de las malas vibraciones y términos equivocados; y tú mismo te sientes mejor por haberte liberado de esa sensación de odios y rencores que no te pertenecían. Solo era un ajuste de las energías que estaban llegando a tu vida cotidiana.
Hoy vemos de manera clara que estás entrando en razón y que sientes ese vacío tan innecesario que te hizo sufrir durante tanto tiempo. Hoy lo has dejado a tras y te sientes libre de hacer con tu linda vida algo hermoso que te llena y te hace feliz. Sientes esa emoción profunda que está depositada en tu corazón y que es poseedora de todo cuanto Dios posee dentro y fuera de Él. Lo asumes con respeto y no haces nada, solo servir a la luz, que al fin te ha localizado ella, y tomarás conciencia de toda ésta belleza que hay en ti y que sirve para aportar luz a otros seres que estén tinieblas y tengan necesidad de ser oídos y acariciados por unas manos gratas y sensibles que necesitan dar sin apenas recibir. Solo dando el amor de Dios, crecen los seres más insignificantes y se fortalecen sus espíritus, llegando a ser soles radiantes; como al principio de los tiempos cuando salieron del Reino Divino para aprender y modificar sus ansias de trabajo.
Solo con la luz se genera gracia, sintiendo que dentro de uno mismo hay un poder divino que está custodiado y protegido por los seres divinos que la Divina Ley Cósmica nos dio para buscar y buscar dentro de uno mismo. No estoy fuera, sino dentro de ti, -dijo un día Dios a un ser que lo amaba con toda intensidad. Éste ser, contestó lleno de temor:
-¿Cómo es que estás en mí si soy un miserable? Y la voz de su conciencia le contestó:
-No, hijo. Yo estoy escondido aquí donde nadie me busca, solo así conoceré tus gustos y opiniones; y no podrás negar que lo sé todo de ti.
Cuando el ser oyó aquella voz tan dulce y generosa, dijo: -No te vallas de mi lado, te necesito, aquiétate en mi ser. Te haré un templo aquí y te alentaré para que me escuches cada día.
El ser interior le contestó: -¡Pero hombre querido! sino tengo intención de irme, solo escúchame pues te hablo todos los días para que sientas mi presencia y comiences en tu andadura de amor hacia los más desfavorecidos.
Él escuchó con lastima, y tiernamente dijo: -Sé lo que necesitas de un pecador, sobre todo yo que no te oía.
Él, con una carcajada llena de emoción, le contestó: -¡Qué va! ¡Qué va! Me siento un privilegiado de conocerte, ahora sé que no me dejarás de amar nunca, ¿verdad?
El ser le contestó: -No podría estar sin ti, ahora que te conozco y siento la presencia de un Dios único.
Dios, entonces, le dijo: -Yo soy en ti, y tú en mí, y estando unidos haremos mucho bien a la Humanidad. Confía en mí que yo te arrebataré todo el sufrimiento que tendrías que tener, pues mi luz y mis deseos más íntimos te protegerán de las angustias y los males mayores que pudiesen llegar a tu vida.
El ser no era capaz de expresar su amor y sus deseos de crecer en ésta tarea de realizarse y ayudar a Dios a que el mundo cambiase de manera de pensar, y de actuar, pero poco a poco lo está consiguiendo, porque, ¿Sabéis? aquel ser fue por el mundo contando su historia y lo creyeron, y así se supo que Dios está escondido dentro de cada alma; y si ésta sufre, Dios con ella también. No penséis que esto es una anécdota más. Solo el hombre pobre conoce donde está de verdad cuando da miles de gracias por no ser rico.
Un día, Dios dijo a otro hombre: -Si quieres riquezas las tendrás, pero poco podrás escucharme, tendrás que cuidar tus riquezas y pronto te olvidarás de Mí. Entonces, el buen hombre le contestó:
-Y si hiciera buen uso de ella, ¿qué pasaría?
Dios le contestó: -Ya lo veríamos más tarde- y así comenzó su andadura por la vida ajetreado, pero no se olvidó de servir a los pobres que Dios tanto ama. Les dio alimentos y cobijo, y no se olvidó del hermoso gesto al que se había comprometido, y la fortuna creció y creció. Un día soleado de primavera, mientras paseaba por un parque dio gracias a Dios, y estas palabras pronuncio:
-Señor, soy tu siervo y necesito que me digas qué tengo que hacer con la fortuna que tengo. Tú sabes que a tus hijos y mis hermanos no los puedo dejar. Son mi prioridad y tengo que servirlos antes que a Ti, para que sepan que todo emana de Tú bondad absoluta. Y pensando y pensando, a Dios le dijo:
-Quiero hacer algo antes de partir hacia Tí, pues no sé si los que hereden esto seguirán repartiendo parte de sus ganancias. Se emocionó tanto con ésta reflexión, que mientras caminaba ensimismado, no tardó en oír la respuesta a su interior. Una profunda voz le dijo:
-No te aflijas que Yo estoy aquí, y según ellos hagan, la fortuna descenderá o crecerá, todo es posible.
El ser, continuó caminando, escuchando los trinos de los pajarillos y disfrutando de la claridad del Sol, y muy risueño para sí dijo: -Pues que se haga Tú voluntad y no la mía- y continuó en su calmoso pasear, dando gracias por el día lleno de misterio que había tenido y agradecido por todo cuanto poseía.
Al llegar a su casa, lo primero que hizo fue llamar a su mujer, aún joven, y a sus cuatro hijos diciéndoles lo que había sentido. Ellos, con amplia sonrisa en sus caras estrecharon a su padre cordialmente, y con serenidad tomaron nota de aquel día. No sé qué más podría desear,-pensó para sí- solo lo justo para hacer el bien.
Sus hijos lo miraron y le dijeron, que Dios había estado en ellos todo el tiempo, puesto que los había enseñado a tener fe y a dar algo de su fortuna. -No te preocupes padre, que todos los meses se hará un balance de todo, y tus pobres no se quedarán sin tú donativo. El padre agradecido, dijo a sus hijos del alma: -Si queréis ser ricos, tenéis que compartir con el pobre. Ellos lo abrazaron tiernamente, y al día siguiente de haber tenido ésta conversación partió.
En las condolencias había más pobres que ricos, y todos ellos lo lloraron con gran emoción. Sus hijos, viendo éste detalle tomaron buen ejemplo. Todos hablan de su bondad y lealtad para con los más desfavorecidos, preocupándose de aquel que no tenía para sobrevivir. Sus hijos en el sepelio lloraron con la misma bondad de aquel padre que los amó tanto y les enseñó unos principios tan fantásticos.
Ellos miraron al cielo y dijeron: -Padre, descansa en paz que nosotros honraremos tu memoria, porque te amamos y seremos dignos hijos tuyos.
Y lo fueron que lo sé yo. Siempre trabajaron con amor y con deseo de bien; y todos tenéis que hacer lo mismo, dando una parte de vuestro esfuerzo para los pobres, que si no fuese por ellos vosotros no aprenderíais a desprenderos de vuestros tesoros.
Bueno, un abrazo de todo corazón, y hasta pronto. Os amo. Soy la luz que os calienta y deseo que seáis todos felices. Os amo.
Yo soy el amor.                

NT: esto fue recibido después de haber hecho la meditación en la que nos unificamos con todos los grupos del mundo, el día 12-12-2012.