ORAD Y AYUDAD A VUESTROS HERMANOS





Orense, 28-8-2014 Comunicado de Mateo

 A través de Felisindo:

Buenas tardes hermanos, agradecido estoy por el camino que me allanáis, por el recibimiento y el Amor que me dispensáis.
 Amada hermana, vete acostumbrándote a ese pequeño trabajo que tienes que realizar. Como tu hay poquitos. Tienes que seguir realizándolo. Cuando entres en la sala te encontrarás algo indispuesta o un poco rara, a medida que vaya pasando el tiempo te irás aliviando, y cada día que te suceda te será más fácil.
  Hay trabajadores en la Luz y hay trabajadores para la Luz. Tu eres una de las trabajadoras para la Luz, porque para limpiar, y como bien todos sabéis, es necesario que cuando cogemos la escoba no meterlo debajo de la alfombra, sino sacarlo a la Luz. Alguien lo tiene que hacer, y qué bonito es trabajar en el silencio sin que nadie nos oiga y saber que lo hacemos de corazón; ese corazón y ese Amor hacia nuestros hermanos necesitados.

 Muchos de ellos no saben lo que les ha pasado, otros sí y ya están en camino, pero muchos necesitan ayuda, necesitan de esos luceros para que les ayuden a pasar a la Luz. Entonces, hermana, date por agradecida por ese trabajo en el silencio y agradece al Padre que te de esa oportunidad para ayudar a nuestros hermanos. Nuestros hermanos necesitados.

  Ahora nuestra otra hermana ha finalizado con una bella oración cantada y os pregunto: ¿habéis desmenuzado esas palabras? Porque cuando cambiéis, cuando cambiéis de mundo, ¿quien hablará de vosotros? ¿vuestra mente o lo que lleváis en el corazón? Canta hermana: "O mente mía guarda silencio, para poder entender aquel que me habla sin palabras"

 Saquemos conclusión de esta oración cantada. ¿Qué pasaría si dejáramos que nuestro guía nos guiara e hiciéramos la oración con el corazón y no con nuestro pensamiento? O acaso todos los seres y hermanos vuestros no pueden orar por qué no pueden expresarse con la palabra; ¿acaso no son hijos de Dios?

 Nuestra misión con cada comunicado no es tiraros de las orejas. El que viene a orar, el que viene a trabajar; el que viene a escuchar la palabra de Dios es porque quiere mejorar.
 Todos necesitamos recogimiento. Yo también me recojo, yo también tengo mis maestros; todos necesitamos de maestros, y a veces, cuanto más conocimientos vamos teniendo, más nos parece que no sabemos; aunque todo es comparable con quien. Pensad que estáis en un camino de evolución y aprendizaje, y todo esto es muy bello y nosotros desde aquí os alentamos siempre. Todos debemos de esforzarnos, subir peldaño tras peldaño hasta llegar a nuestro Padre Creador, para regresar junto a Él, y cuando regresemos no regresar con las manos vacías.

 Acordémonos de esa parábola que nuestro Amado Jesús, el Hijo del Amor, nos decía en la parábola del sembrador: -He aquí el sembrador que salió a sembrar, y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino y las aves se las comieron. Parte cayó en pedregales y como había poca tierra brotó demasiado pronto y el sol las secó. Parte entre espinos y estos crecieron y la ahogaron. Y parte cayó en una buena tierra y dio fruto y produjo una cosecha del ciento por uno.

 Leed y estudiar detenidamente las palabras de nuestro querido Maestro Jesús, el Hijo del Amor, el que vino a traer ese aire fresco, esa bondad, y entregó su vida por el amor hacia nosotros. Tengamos siempre presente el Ser Crístico que encarnamos todos nosotros y que dependiendo de la evolución adquirida vida tras vida, desde el momento que hemos sido creados, ese ser Crístico está más o menos elevado.

 En esta vida que ahora os encontráis, algunos muy jóvenes, y sin embargo tenéis el Ser Crístico muy a flor de piel; dependiendo de cuántas vidas y según la evolución de cada vida, el Ser Crístico se desarrolla, nos ayuda y nos trasforma día a día.

 En la Tierra hay y han pasado muchos Seres Crísticos, y tenéis el ejemplo de un hombre llamado Francisco, uno más que ha dado todo por el Padre... Francisco de Asís, hijo de Pedro Bartomeu, que abandonó su casa de riquezas y renunció a sus bienes para estar al lado del Padre. Entre una vida y la otra, de riqueza y pobreza, dio ejemplo del Ser Crístico que encarnaba. Francisco sentía en su corazón que no necesitaba de las riquezas que tenía su padre que era mercader de telas. Él no necesitaba cubrir sus yagas con esas ropas, pero si las yagas de sus hermanos. Por eso vendió todas las telas y pidió pan a sus amigos, aunque estos se lo negaron.

  Por eso quiero que entendáis que Ser Crístico somos todos, creerlo. Tenemos distintas responsabilidades, nuestros quehaceres diarios, con todas las vicisitudes que ello conlleva. Cada uno tiene que seguir a su corazón. Todo está encadenado, muy bien unido, muy bien sincronizado por nuestro Creador, El Perfecto, El Puro. Lo que debemos terminar consiguiendo todos es la pureza, la perfección. A unos les llevará más o menos tiempo.

  Nace el día y se pone el día; lo único que tenéis que hacer es cerrar y abrir los ojos. Tenéis que ayudar a vuestros hermanos, saber perdonar y saber proteger y multiplicar lo que el Padre os da. Tenéis que estar atentos a todo lo que pasa a vuestro alrededor. Sois seres Crísticos y luceros; y como tales también vais a tener pequeños contratiempos. Debéis apaciguarlos, amarlos, porque todo el sufrimiento de esta vida será la gloria de la siguiente.

 Entre la parábola de Jesús y la vida de Francisco, hay similitudes y hay dos formas de vida, como la de cada uno de vosotros que viene a esta vida a construir a crecer y multiplicar el Amor y dar, y así ser premiado como el buen sembrador.

  El Padre no quiere el sufrimiento de sus hijos. El Padre adora a sus hijos. Hablad con Él. Pedid perdón, ayudad a vuestros hermanos. El Padre y el Amado Jesús os necesitan. Multiplicad el ciento por uno. Estad en buena sintonía, en buena vibración, alegres... Tenéis que ir por la calle contentos; que os vean bondadosos, amorosos, bien vestidos. Tenéis que caminar de distinta manera y ser distintos a los demás. La Luz os guiará y os protegerá. No tengáis miedo. Estad con la Luz. Tenéis la protección de los ángeles que pedís en cada oración. ¡Os felicito! muy bien pedida la protección de los ángeles en la oración de apertura hecha por vuestra hermana. Recordad cuando salgáis de casa de pedir su protección. Los ángeles están deseando trabajar con vosotros.

  Sentid la luz cuando os reunáis. Orad y ayudad a vuestros hermanos; y como dijo el Amado Jesús: -Por la obra se conocerá al autor.

 Todos tenemos una responsabilidad; cada uno la que sus maestros le encomienda. No debemos fallar, pero estad alerta porque todos vosotros tenéis un tesoro: -vuestro corazón-, que interesa a otros seres. Guardadlo y multiplicarlo ciento por uno.

 Amados míos, os quiero pedir que sigáis pidiendo por la unificación de los corazones y la paz del mundo.
 Amados hermanos, os agradezco y estoy inmensamente feliz de que el Padre me permita poder trabajar abiertamente con vosotros y poder un día tener una casa limpia y pura: -La pureza de nuestro Padre.

 Amigos míos, gracias por todo; y os agradezco que me escuchéis. Seguiré pidiendo al Padre por vosotros, y que tengáis una feliz estancia en la Tierra.

 Os bendigo en EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO

   Gracias, y que así sea.