PAUTAS DEL PADRE PARA EL GRUPO

 Orense, 12-5-2013 Mensaje del PADRE

 Buenas tardes, no tengo palabras para expresar todo esto que siento, es maravilloso... La luz, el amor, la comprensión y la tolerancia que aquí hay. Me siento feliz; inmensamente feliz, porque veo que trabajáis por éste planeta; pero sí una recomendación os daría: -no nombréis ya más, ni guerras, ni torturas, ni hambre; simplemente pedid amor y paz para todos los seres que habitan en éste planeta; porque no sabéis que cuando nombráis eso le estáis dando fuerza y entonces las guerras seguirán y el hambre estará perpetua en vuestras vidas.

Mejor, hacer los pedidos, pero siempre visualizando ya toda la necesidad cubierta. Ya no tenéis que nombrarla, simplemente pedid por el planeta y proyectar amor desde el corazón. Un amor, ya no el incondicional, sino, simplemente amor. Ese amor del que ya estáis aprendiendo a soltaros, ese amor que es el amor del Padre, el amor de la ilusión, el amor de la fraternidad. Ese amor poderoso que ya lo cubre todo.
Enviando amor ya sanáis todas las mentes, todos los corazones; simplemente pedid: Amor e ilusión-, y veréis como cambian las situaciones. Porque ya sois muchos los que estáis trabajando en éste planeta, y todos unidos estáis formando una columna enorme de energía; pero aún se necesita mucho, mucho.
Ahora, estos chicos que están naciendo, ellos también ya están proyectando amor aquí. ¿Os dais cuenta que todo cambia? En unos meses, en un año, la situación ya no es la misma. Hay mucha gente trabajando para hacer el bien. Muchos seres solidarios están entregándose por amor a éste planeta, por amor a sus hermanos; y es muy importante que todos estéis unidos en una cadena de amor para éste planeta. Os digo esto, porque es fantástico todo lo que aquí decís y hacéis, ¡¡FANTASTICO¡¡¡¡¡¡
Me parece maravilloso, muy maravilloso que todas las mentes, no solo las mentes, sino el corazón, ya esté unificado con la energía del Padre y tantos seres que se unifican a ésta unión… A esta columna de energía sanadora y purificadora que purifica las mentes, purifica los corazones. Aquellos corazones adormecidos despertarán de ese letargo, pero tampoco debéis de discriminar a vuestros hermanos que hacen daño, porque ellos son la clave para que vosotros despertéis. Ellos vienen emparejados a vosotros para que entre todos haya luz, haya amor, haya comprensión.
Es tan importante que veáis que la luz y la oscuridad van unidas. Es tan importante que veáis que lo feo y lo maravilloso todo está unido... No debéis discriminar a nadie. Todos son hermanos vuestros y cada uno salió del Padre con una misión: -unos ser buenos, y otros malos-; pero sois los mismos, solo que en esta obra de teatro hoy representáis lo bueno, y mañana representaréis lo malo. Simplemente tenéis que pensar que no hay buenos ni malos. Es una obra que debéis de respetar, y a la vez aplaudir. Ahí estáis todos. Unos salieron antes, y otros vienen detrás y debéis darles la mano para que salten ese peldaño que a veces les es imposible, o porque no lo ven, o porque no lo sienten, pero es tan importante que les deis la mano… Acariciarla, respetadla.
La bondad es muy, muy afortunada en estos momentos. Muy afortunada; y digo esto, porque aquel que es bondadoso es muy importante para aquel que no lo es tanto. Debéis de ser coherentes y respetar a todo ser como si fueseis vosotros mismos, porque a la vez sois vosotros los que tenéis que ser respetados. Vosotros, solamente vosotros mismos. Respetaros, amaros; porque si no os respetáis ni amáis, mal podéis hacerlo a otro; porque lo estaríais juzgando y eso no puede ser. Si os respetáis vosotros, si os respetáis mucho, veréis que el que está enfrente eres tú también, no hay otro, eres tú; porque él antes fuiste tú y ahora es él, pero es uno, uno solo, no son muchos.
En éste campo quizás no me entendáis porque aún no estáis muy preparados para ello, pero tu imagen está ahí en frente. ¡Ámala! Aunque veas que no lo hace bien, ¡ámala! Porque él eres tú. Solamente te digo que debes respetarlo y amarlo con todo el amor. Todos los seres; todos los seres que están aquí en éste periodo, todos están haciendo una gran labor. Y no debéis de ver injusticias en el planeta, no debéis de verlas, simplemente entender que ellos están un poquito más abajo, que no lo han entendido. No han comprendido que Dios ama a todos por un igual. Dios no discrimina a nadie, no discrimina a nadie. Dios ama a todos los seres a pesar de aquel que mató, a pesar del que hizo mucho daño; pero es que antes, antes, en aquellos tiempos también vosotros hicisteis lo mismo: también matasteis, también infringisteis las Leyes Divinas.
Siempre infringís la Ley. A pesar de que no lo entendáis, es muy, muy importante que analicéis que no sois perfectos. En el planeta no hay nadie perfecto, hay mucha imperfección; pero cuando sepáis amar desde el corazón, y no desde la mente, entonces ya no discriminaréis a nadie, porque, ya pensaréis de distinta forma y actuaréis diferentemente, porque estáis amando. Solo amar, que es lo que Dios hace. Dios, Jesús, los ángeles y arcángeles, no discriminan, aman a todos por un igual. Y en éste planeta todavía hay mucha discriminación; por eso las cosas no están nada bien, no están nada bien, porque todavía veis muchas diferencias. Veis la diferencia de un mendigo con un rico. Veis la diferencia de seres que lo hacen bien con otros que lo hacen mal; que vosotros creéis que lo hacen mal, pero, no sabéis realmente lo que es en su corazón, lo que manda, lo que proyecta, lo que siente. No sabéis si manda su corazón o proyecta su mente. Eso es una gran diferencia. El que ama, que solo siente con el corazón, hay una gran diferencia con quien solo piensa.
Tenéis que ser objetivos y trasladar el corazón a todos los lugares donde sea necesario. Y os digo esto, mis queridos niños, para que os ayude a analizar un poco más. Yo Sé que hay mucha rebeldía en muchas mentes, mucha rebeldía, y no estéis de acuerdo. Pero os diré más, hace tres años no erais los mismos. Desde hace un año, no sois los mismos. Desde hace tres meses, no sois los mismos. Pensáis diferentemente, actuáis diferentemente porque ya está actuando el amor y la comprensión. Y hay una gran diferencia cuando actuáis desde el respeto y no se juzga.
Hoy a vosotros ya no se os permite que juzguéis, porque sois uno solo, uno, unidos al Padre. Uno solo. Y no tengo nada más que deciros. Estoy orgullosísimo de todo lo que sucede: del amor, de todo lo que se proyecta aquí y todo lo que generáis. Que así sea. Amor para todos.
                                                                                                                                          
UN GRAN AMOR PARA TODOS.