Orense, 31-1-2014 Mensaje de un ser de luz
Recibido por Mª de los ángeles Vázquez Pérez:
Aquí estoy esta tarde con todos vosotros y siento un alivio muy grande muy grande. Habéis retirado tantos conflictos... Habéis elevado tantas almas... Habéis derretido tanto hielo de esos corazones… Deseo daros las gracias y deciros de corazón, que soy inmensamente feliz y quiero demostrároslo. Deciros que aquí hay una inmensa luz de franqueza, libertad, y quiero actualizaros. Deciros que tengáis la puerta abierta de vuestro corazón, para que en ella entre toda la luz radiante que es como un Sol, para alegraros vuestra alma, para alegraros vuestra vida y daros todo aquello cuanto necesitáis.
Solo quiero agradeceros y deciros que al estar conectados con el alma y la Divinidad, lo tenéis todo. Solo tenéis que ser francos con vosotros mismos, nada más. Decirle a vuestro corazón que estáis conectados con él, que deseáis ser felices, que deseáis apartar todo lo negativo de vuestro lado; pero hablar con franqueza a vuestro corazón, decirle que la luz ha llegado para todos los seres de la Tierra, pero es necesario que entendáis que sois vosotros mismos los que tenéis que estar abiertos.
La luz está aquí, sí, pero tenéis que entender y hacerlo saber a todos aquellos que conozcáis, que la luz ha llegado ya. No os preocupéis que vais a tener lo que necesitáis. No penséis en los malos momentos que han pasado, dedicaros solamente al presente. Mirad hacia adelante y olvidaros del pasado. Olvidaros ya de aquellos momentos torpes, aquellos momentos de dolor, aquellos momentos que os coaccionaban, que vuestra mente os perturbaba.
No, abrid la puerta para que entre la luz a vuestro corazón y a vuestra mente. Es de sabios reconocer que os habéis equivocado tantos y tantos miles de años... Abrid la puerta para que crezca el amor ahí dentro de vosotros. ¿Dónde pensáis que está Dios? Dios está ahí dentro en vuestro corazón, en el de todos. En el que cree, en el que no cree, en el que está satisfecho de su vida y en el que no lo está. Pero solo tenéis que entender que Dios está ahí fortaleciéndoos día a día, para que en algún momento dado penséis: -Dios está en mí, y yo, ¡cómo no voy a estar en Él!
Bueno, hijos míos, seguid y proseguid. Es una tarea larga y a veces muy dificultosa, pero os digo: -radiante, muy radiante; y quiero deciros que aquí sois luminosos, y deciros que estrechéis vuestro circulo con aquellos seres que no creen. Pero proyectar amor, proyectar mucho amor a aquellos que os están poniendo dificultades, que os están haciendo sufrir, eso no importa.
El amor es más que eso. El amor es muy sencillo y a la vez, placentero.
Que Dios os bendiga, hasta siempre. Que Dios os bendiga.
Hasta siempre. Yo seguiré aquí.