SEMBRAD LA DICHA Y OBSERVAD COMO ESTA GERMINA EN LA TIERRA





Orense, 13-9-2010 Nuevos cuentos de Amalia D.S.


Canalizado por Mª de los ángeles Vázquez Pérez:

 Mis soles queridos a los que aliento sin cesar con mis energías sanadoras y purificadoras, y os colmo de dicha cuando estáis felices o sois desdichados, escuchad mi voz que os clama.
Os ruego paz y sosiego. No miréis más a los demás, sino, mirad hacia dentro y contemplad tal hermosura, porque dentro de vuestra alma está todo vuestro talento, vuestra dicha y sabiduría; y no confiaros demasiado pues algo tendréis que verificar por vosotros mismos. Ahí está vuestro esfuerzo y crecimiento.
Mis compañeros de fatiga, ¿no sabéis que sin esfuerzo no hay nada? Sembrad la dicha y observad como ésta germina en la tierra en total oscuridad, y más tarde sale a la luz. Trabajad sin descanso y vosotros observaréis el patrimonio tan grande que os estáis labrando.

  Sincera soy al deciros esto: -Si os empeñáis, todo lo conseguiréis. Nada está en el vacío, todo está a vuestro alcance, y si lo necesitáis cogedlo. Mirad qué fácil es; solo hay que desearlo y para vosotros es, mis niños adorados.

 ¡Qué fácil es entrar en conexión con vosotros! Siempre digo que estáis dispuestos para ofrecer lo mejor. Benditos seáis. ¡Cómo no iba yo a veros trabajar si cuando digo a mis ángeles que necesito vuestros servicios estáis siempre voluntarios…! Qué bien, cuanto alivio me causa y a la vez siento un descanso placentero por saber que mis soles queridos al fin me entienden. Bostezo agradecida por tanto alivio.

 Cuando comprendáis lo generoso que es Dios con todo aquello que os da y vosotros poco sabéis valorar. Poca fe tenéis en Él, sabiendo de antemano que Él está dentro de vosotros y todo está asegurado por su vibración de Amor. Respondedme. ¿Tanto cambian las personas que ya no sienten el Amor hacia lo divino, hacia ese descubrimiento interior?

 Pero bien podéis observar que sí se cambian todos los conceptos, lo que antes fue oscuro mañana será claro; y sin embargo, a veces os confundís, pues tenéis la mala costumbre de pensar primero en los demás y más tarde en vosotros, y no observáis que en ese entretiempo juzgáis mucho a los demás.

 Si son como vosotros, ¿por qué lo hacéis? ¿No os dais cuenta que os miráis en el adversario y sois vosotros mismos y vuestro reflejo? Y a la vez sois soles que tenéis vuestra propia luz. ¿Cómo es eso? os explico:

 -Si Dios es Universo, ¡cómo sus hijos no van a ser soles...! pero todos, solo que esos soles no lo saben. Lo descubrirán mañana, o pasado, cuando ellos lo decidan. Solo hay que saber esperar. Dios tiene calma y no se cansa. Haced vosotros lo mismo.

  No cansaros y practicar el Amor a diario con aquellos que os entorpecen el trabajo. Con aquellos que os provocan y os irritan constantemente. Poned amor en medio y veréis la sanación de esas almas. Eso, al fin y al cabo solo es un jueguecito que se aprende muy rápido. Solo consiste en poner la voluntad y ya está todo y dispuesto con el gran sello oficial del máximo mandatario, que es el Universo que ofrece y regala todo a la vez.

 ¡Ay mis colaboradores queridos! quisiera veros pronto trabajar sin descanso. Porque ésta modalidad no cansa ni agota a nadie. Solo da placer y alegría; y a la vez, la satisfacción de estar colaborando con la Gran Energía del Cosmos. Eso es lo máximo que se puede pedir.

 ¡Ay luceros míos! a trabajar se os ha dicho, y sé que lo haréis conforme a las normas del plan divino. Que Dios que es todo bondad, os aliente en ésta nueva etapa. Así relucirá más el Sol. Benditos todos por éste placer de estar en conexión un día más. Os quiero.



 POEMA

Flores marchitas que un día estuvisteis radiantes.
No penséis que esto se acaba, no.
Solo observad que mañana el viento transportará vuestras semillas.
Y en esa tierra oscura germinarán y su belleza deslumbrará.

No penséis flores queridas, que Dios os ha abandonado por estar marchitas.
Pues no, porque tenéis la gran oportunidad de volver a la vida.
Para haceros cada vez más hermosas y agradecidas con vuestro perfume.
Y éste es el gran Amor a la vida.

Si sois felices y os vestís de colores e irradiáis felicidad.
Veréis que todos os observan y os admiran.
Y nosotras, bonitas mías, nos alegramos de ese detalle de que siempre estéis contentas y armoniosas, y vuestro perfume embriaga los sentidos y produce ese placer de caminar por el campo observando el gran misterio de la naturaleza.

 ¿Qué se esconde dentro del árbol caído? Misterio. Duendes y avecillas. Dentro de su hueco tronco están los diminutos seres que vosotros desconocéis. Pero es curioso, empiezo a contaros una bella historia romántica de la época de los Reyes Visigodos:

 -Érase una vez, en un día lluvioso y triste que no se podía cazar, pues el campo estaba mojado y las liebres estaban escondidas porque su pelaje se empapaba. Pasaba el día y ningún animalillo salió de su escondrijo. Solo un murciélago que se quedó atrapado en la rendija de un árbol y estaba empapado hasta los colmillos y no podía moverse.

 Por allí pasó un apuesto joven, con su capa y espada. Al verlo tan encogido y casi congelado del frio, dijo para sí: -Si no fuese porque está muy alto lo rescataría, y siguió su camino. De pronto, algo detuvo a su caballo. Las bridas se aflojaron y el apuesto joven desmontó y preguntó a su noble caballo:

 -¿Qué te ocurre que te has asustado?

 El caballo cabeceó varias veces y tiró de su patrón hacia un lado. De pronto, éste vio a un enorme oso, con grandes colmillos afilados que se salían de su boca.

 Esto provocó en el caballo un lastimero relincho. Y el muchacho, no sabiendo lo que hacer, inconscientemente pidió a la naturaleza que lo escondiera para no ser devorado por semejante gigante.

 Pidió a su caballo silencio y éste obedeció a sus súplicas; viendo de inmediato como todo el bosque se cubría de una espesa bruma, propiciando con ello que el joven muchacho y su caballo pudieran esconderse.

 Mientras, el enorme oso, al ver fallido su intento de atacar a los caminantes, frustrado rugió desesperado. Éste episodio dio al joven la idea de retroceder cuanto antes, y pronto se vio en el mismo lugar que antes había visto al pobre murciélago. Éste, seguía encogido y tiritando de frío. El joven no sabía lo que hacer. De pronto, se le ocurrió la idea de pedirle permiso a la naturaleza y dijo:

 -Quisiera ayudar a éste indefenso animalito.

Entonces el murciélago, se balanceó en el tronco que estaba colgado y la rama se partió, pues estaba seca y éste cayó al suelo.

 El joven, viendo esto, se arrodilló y acarició al murciélago. Después lo cogió con delicadeza y lo metió entre su pecho, envolviéndolo con su capa y pensando en qué lugar podría dejarlo a resguardo y seguro.

  La naturaleza de inmediato le respondió. De pronto, oyó el eco de unos cascos de caballo galopando. Al mirar a lo lejos divisó como se acercaba una comitiva en carruaje que atravesaba velozmente a la carrera el entramado bosque.

 Cuando la comitiva estuvo a la altura del joven, éste alzó los brazos y pidió que lo escuchasen, para avisarles que se encontraba un oso gigantesco por los alrededores.

 La gente, al oír los gritos del joven se detuvo y observaron al mozo. Éste, contestó a sus preguntas y comprobó que dentro del carruaje viajaba una hermosa joven y su belleza no tenía igual. Pronto se enfrascaron en una amena charla. Tenían mucho en común, pues ambos eran amantes de la naturaleza.

 Y a todo esto, os quiero decir que el pequeño murciélago que estaba entre pecho y capa del muchacho, se repuso y empezó a mover las alas. La hermosa joven que algo extraño apreció en el muchacho, preguntó:

 -¿Qué escondéis debajo de vuestra capa que se mueve?

 Él, levantó la capa y le mostró su posesión.

 -Lo encontré colgado de un árbol, aterido, y ahora no se donde depositarlo para que esté seguro.

 A lo que la joven respondió:

 -Yo te diré donde puedes dejarlo, pues conozco un lugar donde hay muchos que se esconden de la luz del día. Acto seguido, la jovencita subió a su calesa y pidió al joven que lo siguiera. Éste, se encaramó a su caballo y siguió a la comitiva.

  No muy lejos de allí, divisó un antiguo palacio que estaba en ruinas y deshabitado. Ahora era la morada de miles de estos animalitos que permanecían colgados por el día sin moverse.

 De pronto. El muchacho retiró su capa y pudo ver como el animalito tomaba vuelo y se colgaba en medio de sus congéneres. Al tiempo que los jóvenes reían por ver como el instinto de supervivencia obedecía a su lógica.

  Los jóvenes se habían conocido gracias a éste hecho. El joven, charlando y charlando cautivó a la bella dama, y ésta a su vez se dejó cautivar y ahí nació un gran amor de verdad.

 Si sois observadores, la naturaleza siempre premia a quien la protege.

 Y ésta es la historia de dos jóvenes que se conocieron gracias a un murciélago. Dicen que los animalillos nos dan satisfacciones; y yo quiero deciros, que meditéis en todo lo que vuestra vista os muestre.

 Un beso de vuestra amiga del alma.

    Amalia D.S.