AMENSE. AMENSE DE CORAZON

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Orense, 19-11-2016 Comunicado de S. Teresa de Jesús

 Canalizado por Mª de los ángeles V.P:
 Aquí estoy para hablaros. Soy la amadísima Teresa de Jesús. Mi mano derecha en el corazón. Pónganla ustedes también.
   Yo les digo: -Amados todos. Pidiendo a lo alto, a la Divinidad, a los arcoíris de la Luz, que llegue a ustedes el Amor, la comprensión, la tolerancia y toda la armonía que puedan necesitar en estos momentos de avance. Son momentos tiernos, momentos de comprensión hacia sus seres amados.

 Dedíquense a su cuerpo físico, a su interior. Iluminen todo su ser. Es primordial que sientan que su corazón se llena de bondad. Es comprensible que a veces no lo comprendan, pero es tan necesario… para avanzar, para crecer, para estar en armonía; para que su corazón esté lleno de esa energía de transmutación que transmuta todo lo negativo y deja en paz su alma.

 Refúgiense en el corazón; en ese corazón sano, fuerte y poderoso que Dios les regaló. Refúgiense en él y digan: -Benditos somos de tener todo lo que tenemos. Toda la fortaleza que Dios nos regala. Somos todos con Él.

 Benditos sean todos y su generosidad. Y les digo: -Tienen mucha, mucha suerte, porque aquí hay un ser que envía a las almas a otro lugar. Ámenla, ámenla y denle todo el refugio que ella necesita, para que su corazón crezca y para que confíe en ella misma. Porque todo es necesario. Todo es muy necesario en estos momentos.

 Y les digo: -Ámense, ámense de corazón. Amen su cuerpo, su corazón, su alma y su espíritu. ¡Ámense! Es tan importante amarse… Y ustedes dirán: -Eso es egoísmo.

 No. Eso es Amor de verdad. Cuando ustedes se amen a sí mismos, entonces el Amor saldrá de ustedes para llenar todo el planeta de Luz y de Amor. Pero mientras ustedes no tengan ese Amor suficiente, no podrán darlo a otros seres, porque lo que les dan es angustia.

 Yo les pido, de corazón, que analicen todo. Que se amen primeramente ustedes. ¡Ámense! Mírense en otro ser o en su propio espejo y verán que quieren amar a los demás sin pensar en ustedes.

 Pues no, hermanos míos. Primero amen su corazón. Ámense, ámense de verdad y digan: -Qué hermosa criatura hay en mí… Que hermoso el ser... Que majestuoso es este ser que hay en mí... Es la belleza misma que Dios puso aquí en este corazón. Y si hay belleza en él hay ternura, hay sabiduría, hay todo el Amor. Pero primero tienen que saber que la fe que los mueve es muy grande, pero tienen que tenerla para saber que son todo eso.

 Saber que el Amor tan grande que hay allí es dado por el Padre, por Sus Guías Espirituales que a lo largo de tantos seres bajan diariamente a sus corazones, aportándoles esa energía Amor que los fortalece y les hace hacer cosas que ni ustedes conciben como las están haciendo. -¡Qué fuerza y poder tengo para hacer lo que hago…! Porque es la generosidad del Padre que les está dando la ayuda que ustedes necesita.

 Pero, les vuelvo a repetir: -Primeramente ¡Ámense! ¡Ámense! Ámense de verdad. Miren su corazón y como está de amargura. Miren cuanto sufrimiento ha pasado por ese corazón. Deséchenlo y díganle: -Corazón mío, tu eres hermoso. Te quiero liberar de todo. Y entonces desaparecerá todo el dolor acumulado.

 Mientras tanto. ¿Mientras tanto qué podemos hacer? Reflexionar. Solo reflexionar. Entonces me dirán: -Qué razón tenía esa mujer que quiere llenar nuestros corazones de Amor.

 Pero si el corazón, hermanos míos, ya está lleno de Amor... Solo tienen que sentirlo. Solo tienen que saber que el corazón está rebosante porque ya ha nacido con esa condición. Esa bondad es innata en ustedes.

Por eso, hermanos y hermanas, les digo: -Ya llegó la hora de que se miren ustedes primero. No pueden hacer tanto bien como quisieran mientras no se analicen. Sí, hay mucho ahí dentro, pero hay que extenderlo. Hay que derramarlo.

  Prioritario es lo primero, y muy fundamental para que el alma quede liberada de toda la amargura.

Qué bonito es sentir el Amor dentro del pecho que arde y se quema todo, toda la amargura que hay en él. Pero primero debe quemarse sintiendo ese Amor que fluye a través del Padre. A través de todos los Guías espirituales. A través de los ángeles. Y a través del perdón.

 Cuando se perdonen así mismos todos los errores cometidos, no juzgarán a nadie. Se acabarían las batallas, las guerras, los sinsabores. Ya no habrá nada más. Solo Amor. Y uno dará la mano a su hermano y solo sentirá cómo fluye el Amor en ese contacto.

  Por eso, Hermaniños queridos, os pido en este momento tan tierno, tan perfecto, que se analicen, que se miren; pero no mirarse como se suele mirar a un espejo, no. mirarse a los ojos y perdonarse todos los errores cometidos a lo largo de toda su vida, y de vidas anteriores.

  Agradezcan a todos sus seres que ya partieron, a todos sus ancestros. Agradezcan y no juzguen si fueron buenos o malos; simplemente agradezcan todo lo que les dejaron en esta enseñanza tan hermosa y tan peculiar. Ámense, hermanos queridos. Ellos no sabían amarse. No tenían tanto conocimiento como tienen ustedes.

  Por eso les digo y les repito, que entren en su corazón y abran las puertas de par en par para que el Amor fluya dentro, y entonces sí podrán extenderlo a todo el planeta Tierra.

 Benditos hijos míos que escucháis con los oídos. En estos momentos quiero que escuchéis con el corazón. Solo con el corazón. Levantad vuestra mano izquierda, para que fluya a través de vosotros la energía Amor y llegue al corazón a través de vuestra mano derecha colocada sobre vuestro corazón. Estirad la palma de la mano izquierda y decir:

 “El Amor fluye en mí, con la esperanza de que mi corazón se llene de Luz y de Amor. Y pronto mis ojos del alma verán todo con Amor, lealtad, paciencia, resignación. Todo lo que fluya alrededor de mí. Y no consideraré ningún error de mis hermanos. Todos son perfectos, y todos son creadores; porque Dios nos ama a todos y todos somos sus hijos. Y somos todos uno en Su Creación”.

 Benditos todos. Todo el planeta Tierra. Y a vosotros os nombro caballeros para repartir Amor por todo el planeta Tierra. Sois caballeros de la Luz, y como tal, no vais a fallar. Primeramente a vuestro corazón, a vuestra alma y a vuestro espíritu.

 Y en el momento que sintáis la armonía, la paz y la felicidad, la compartiréis con todos vosotros. Con todos vuestros hermanos. A estos a aquellos y los demás lejos. Y cuanto más posible sea: -A la Abana, a Méjico; a todos los continentes podéis enviar el Amor que sentís en vuestro corazón, porque sois hijos de Dios y sois perfectos, perfectos. Dios os creó como Él Es: PERFECTO. Y vosotros sois el mundo. Cada ser es un mundo porque es Su Creación.

 Pero primero os lo tenéis que creer. Cuando sepáis que sois la unión con Él, entonces sabréis que sois seres de Luz.

 Creo que en el día de hoy saldréis de aquí reconfortados y llenos de Amor y de ilusión. Y creo que Dios en este momento, Dios y la Creación toda, está en vuestros corazones, porque sois uno con todo lo que hay en este planeta Tierra y con Dios.

 Creo que vuestro corazón latirá Amor a partir de hoy. Amor, solo Amor. Y nos reímos porque somos felices; y a partir de ahora todos comeremos muchas perdices.

Risas…

 ¿Qué os parece? Yo me rio porque estoy feliz de haberos elegido. Que Dios os bendiga, pero entre vosotros bendeciros en un abrazo tierno de corazón. Y esta asamblea, se ha terminado. Y os bendigo, os bendigo, os bendigo. Con este crucifijo os bendigo, os bendigo, os bendigo, y también me bendigo. Amor para todos.

 Pd: Y las lágrimas también son muy importantes, muy, muy importantes. Lo que salga de amargura que se derrame en lágrimas.

  Hasta pronto hermanos queridos. Aquí nos encontraremos.

 Dimos las gracias por las enseñanzas.

 Yo solo soy un instrumento. Me han elegido y aquí estoy. Y los amo de todo, de todo corazón. ¿Sabéis donde yo vivía? ¿Dónde me crie?

 En Ávila.

 Pues efectivamente. Pues a Ávila, traigan a Ávila aquí con su corazón, que yo desde Ávila vine aquí a sus corazones. Y ahora les pido que vayan al centro del Universo y allí conecten con el Padre. Conecten con Él, porque, “nosotros solo somos puro espejismo”. Puro, puro espejismo. Pero qué bien suenan las palabras hermosa hijos… qué bien suenan...

 Yo, canalizo y se lo estoy diciendo; ni más ni menos. Porque yo no estoy aquí, estoy allí. Pero a través de un buen canal se puede uno expresar, ¿verdad? Pues aquí los dejo con una buena vibración.

 Y estoy feliz de estar con ustedes. Muy, muy feliz. Y agradezco que me hayan dejado entrar para abrirles las puertas de sus propios corazones. ¿Qué les parece?

 Abran, abran sus corazones y dejen que el aire fresco, puro y lleno de Amor, entre en ellos.

  Hasta la próxima, hermanos. Hasta la próxima. Aquí vendré a darles las buenas nuevas.
 Que así sea.